Sin argumentos, impreciso, apático… se podrían seguir atribuyendo adjetivos a un Girona totalmente desaparecido esta tarde en La Romareda. El Zaragoza, en plena crisis institucional seguro que se esperaba mayor resistencia del conjunto catalán, pero a este en ningún momento se le vieron ganas de poder poner en aprietos al conjunto zaragocista.

Ricardo Rodríguez, técnico gerundense, presentó un once bastante defensivo, sin un referente claro en la delantera (jugó Felipe Sanchón y no es su posición habitual), con jugadores desubicados, como el lateral Juncà, situado como interior por su banda. Con Pere Pons y Eloi en el doble pivote, donde faltó mayor organización de juego y con una banda derecha que podía haber dado mucho más juego, pero a la que le faltó profundidad.

El once inicial del Girona fue el siguiente: Becerra, bajo los palos; en la línea defensiva volvía Iván López al recuperarse de su lesión; en el eje de la zaga, Migue y Chus Herrero, y en el lateral izquierdo David García; en el centro del campo, los anteriormente citados en el doble pivote Pere Pons (que sustituía al sancionado David Timor) y Eloi Amagat; en los costados, Juanlu por la derecha y Juncà por la izquierda, con Jandro como hombre de enlace entre centro del campo y la delantera y Felipe Sanchón de delantero centro falso.

Por parte aragonesa, Paco Herrera, discutido técnico local, presentó la siguiente alineación: Leo Franco, de guardameta; Cortés de lateral derecho; Álvaro y Laguardia, de centrales, y de lateral izquierdo, Diego Rico. El centro del campo formado por Movilla y Tarsi en la creación; Paglilunga, en la posición de pivote defensivo; Javi Alamo y Roger, en las bandas y como hombre más avanzado, Angelo Henriquez.

Insulso primer acto

La primera mitad vivida esta tarde no se puede catalogar precisamente como un canto al fútbol ni nada por el estilo. El público, muy crispado con el equipo y la directiva zaragocista, no le perdonaba la más mínima a los suyos. En toda la primera parte se escucharon canciones irónicas dedicas al conjunto local como “ campeones campeones “ ó “ olé olé olé “ , que reflejaban el hartazgo de la afición con la situación del histórico conjunto maño.

El Girona, por su parte, en vez de aprovechar tal circunstancia, se complicaba mucho la vida en su zona defensiva y cometía continuas imprecisiones. A través de estos errores defensivos, Roger, en el minuto 14, se encontró con un mano a mano con Isaac Becerra y pese a tenerlo todo a favor erró al enviar el esférico fuera por muy pocos centímetros. Anteriormente este mismo jugador había enviado un balón al larguero en un rebote en una jugada aislada. Estas dos ocasiones del Real Zaragoza fueron las dos únicas de un primer periodo muy gris por ambos equipos. En las filas gerundenses no se contabilizó ni un triste chute entre los tres palos, lo que demuestra la nula aportación ofensiva del conjunto gerundense.

Álvaro logra los tres puntos para el Zaragoza

La segunda mitad comenzó de manera muy parecida a la primera, donde abundaban las imprecisiones, pero a esto se sumaba un concierto de tarjetas amarillas por parte del colegiado andaluz Santos Pargaña. En los primeros diez minutos de la reanudación, enseñó cartulinas amarillas a Álvaro, Álamo, Paglialunga y Angelo en filas aragonesas y a Pere Pons, en las catalanas.

El Zaragoza mandaba territorialmente pero sin ocasiones muy claras y el Girona continuaba agazapado esperando su oportunidad. La entrada de Victor Rodríguez en filas aragonesas en el minuto 49 dio un soplo de aire fresco al conjunto local, al ser este un jugador muy móvil y que se ofrece mucho a sus compañeros.

En una oportunidad aislada, el Girona, a través de Felipe Sanchón (min. 57),  intentaba sorprender a Leo Franco desde el centro del campo, pero el experimentado cancerbero argentino conseguía parar el balón. En el minuto 61 Jandro, que pasó totalmente desapercibido en el encuentro , era sustituido por Gerard Bordas para intentar dotar de mayor mordiente al ataque gerundense.

Poco a poco el conjunto de Paco Herrera encerraba más en su campo al de Ricardo y finalmente, en un balón colgado desde la banda derecha, el defensa Álvaro conseguía el gol de la victoria en el minuto 79, gracias a un error de Migue en el despeje. De aquí al final del encuentro, prisas y más prisas en el conjunto visitante, sin generar ninguna ocasión clara de peligro. Con estos tres puntos, el Zaragoza y Paco Herrera cogen aire. El próximo fin de semana visitarán a Las Palmas en un partido clave para no perder la estela del que que debe ser su objetivo : el ascenso.  Por parte gerundense, segunda derrota consecutiva, y la semana que viene recibirá en Montilivi al Tenerife, con la imperiosa necesidad de romper esta dinámica negativa en la que se haya inmerso. Los dos equipos se quedan con 19 puntos, cuatro por delante del descenso y a cinco de la promoción de ascenso.