Hoy Joaquim Boadas ha dado por finalizado su mandato en el Girona FC. Entró con el equipo en descenso y ha salido en la misma situación. Sin embargo, en medio ha vivido la mejor temporada de la historia del club albirrojo, de la que se siente muy orgulloso: "Estoy contento por haber puesto mi granito de arena en el mejor Girona de la historia y por lo tanto me voy muy satisfecho", declaró. También afirmó que se sentía "un privilegiado por haber contribuido a la salvación del 2010" y por las "vinculaciones familiares" que tiene con el club -su abuelo fue presidente y mantiene un vínculo familiar con el propietario, Josep Delgado.
A pesar de que se enorgullece de la campaña pasada, el expresidente del Girona FC declaró que espera que "los que vengan puedan mejorar la temporada pasada" y que sean "muchos los que la puedan superar", pero que también se siente satisfecho de "contribuir a evitar el descenso tanto administrativo como deportivo que estuvo a punto de sufrir el año 2012 el club de Montilivi".
En cuanto a si se veía saliendo de la presidencia a media temporada después de la exitosa campaña que casi conlleva el ascenso del club de Montilivi, Boadas declaró que: "Eso es algo imprevisible, pero en cualquier caso yo tengo muchas obligaciones a nivel de mi despacho y por lo tanto es difícil poder compatibilizarlo". Continuando con los motivos laborales que han provocado su marcha, el expresidente remarcó que cada vez dedicaba "más y más tiempo al club" y que acababa arrinconando sus responsabilidades laborales, hasta el punto que empezó en 2010 dedicando el "10% del tiempo al club y un 90% al despacho" y ha acabado dedicando un "98% al Girona y el 2% a trabajar". "Era algo imposible de mantener", finalizó.