Ayer no era un domingo cualquiera, esa tarde era la perfecta para lucirse y no fallar. Demostrar al público que puedes ser el mejor es la tarea que todo equipo tiene que hacer jornada a jornada. Las Palmas y Betis habían caído el día anterior y, durante la misma tarde, Sporting y Valladolid tampoco dieron lo suyo. Montilivi, 17:00 h, el escenario era ideal para hacer dar un gran golpe en la clasificación. Además, la visita del Sabadell -colista de la categoría- era la ocasión perfecta para volver a sumar tres puntos y dar una alegría a la afición. Pero parece ser, que la diosa de la fortuna hace semanas que no está de su parte.
El juego de los rojiblancos volvió a ser el de siempre, defensa sólida y presión arriba. Parecía que era el momento perfecto para dar en el pleno y conseguir la victoria. Pero cuando juegas así también necesitas lo más esencial, el gol. Sin marcar y, sin prácticamente chutar entre los tres palos, es imposible ganar. Un error de Nauzet a presión Sandaza y un cabezazo al larguero de Ramalho fueron las ocasiones más claras de un Girona que, pese a su buen juego, no era efectivo. Se manifestaron los fantasmas del pasado, y pudimos ver un partido semejante al de la temporada del "play-off" de Rubi, con el Xerez –también último–, que como ayer, no dejó ganar a un Girona, en la zona privilegiada de la clasificación.
El Girona quería subir a lo más alto, y el Sabadell intentar acercarse a la zona tranquila. Ni a locales ni visitantes les valía el empate, pero el 0-0 parece que gustó más a los arlequinados, aunque no les deja salir de lo más profundo de la clasificación.
El gol pudo llegar
Los artificieros de ambos equipos se conjuraron al inicio en el césped de Montilivi, dejando claro que tanto gerundenses como sabadellenses querían la victoria. Novedades en los titulares del equipo local, Jandro fue el elegido a llevar la batuta del cuadro gerundense. La presencia del asturiano -tercera titularidad tras 30 partidos jugados- parecía encaminada a conseguir que los locales llevaran el tempo del partido y tuvieran mucha presencia en el área rival. El entrenador arlequinado también supo colocar los más ofensivos de su plantilla, Collantes, Marcos y Gato, y dejó solo en punta a Ciércoles.
Los jugadores saltaron al campo, e inicialmente el Sabadell fue mucho mejor, con los efectivos mejor situados y más posesión que el conjunto local. El Girona tenía piezas para jugar en corto y asociarse, pero quiso jugar directo, y los visitantes sabían muy bien cómo frenar este tipo de juego. De hecho, la mejor ocasión local fue una gran presión Sandaza –minuto nueve de partido–, que estuvo a punto de robar la cartera a Nauzet y marcar el primer tanto de la tarde. A pesar de encontrarse cómodo, el Sabadell no supo definir, y dejó muy tranquilo al arquero local, Isaac Becerra.
Los centrales estuvieron firmes como demuestran siempre, y el joven Pere Pons dio el equilibro necesario para poder combinar, y crear buen juego en el mediocampo. Los carrileros de ayer fueron Coris y Aday, lo que supuso la primera ausencia en el once de Cifuentes, que estuvo en el banquillo los 93 minutos. El joven canterano, Sebas Coris, demostró que es un nombre para el futuro, de sus botas salieron las acciones de más mérito del equipo de Pablo Machín. El Girona pudo marcar antes del descanso, y adelantarse a los visitantes, pero la mala suerte impidió la victoria momentánea local.
El Sabadell impuso su ley
El inicio de la segunda mitad no tuvo nada que ver con el final de la primera. Ese hambre del conjunto local se había desvanecido, en cambio los visitantes pudieron haber hecho mucho daño. El Sabadell dio un paso adelante y el Girona tuvo que esforzarse mucho en defensa para evitar la perdición. Los arietes arlequinados Collantes y Aníbal fueron protagonistas, tras avisar en un par de ocasiones. La jugada clave, el centro de Marquitos, que pudo rematar a placer Aníbal, pero por suerte no entró en la portería local.
El Girona, veía que no podía seguir el partido de esa forma y tuvo que reaccionar. No lo hizo con calidad, pero sí con un incremento de la presión a arriba que sirvió para eliminar la gran posesión de los visitantes. El cuadro gerundense continuó con dificultades para generar y hacer daño a la portería rival, pero estuvo a punto de aprovechar un jugadón a balón parado para marcar el primer tanto. Granell se dispuso a chutar de falta. El centro fue espectacular, y el cabezazo de Ramalho hizo levantar a todo el estadio, porque parecía que el alardeo sería enorme. La suerte para el Sabadell fue el palo, que salvó a los visitantes de la sentencia final.
El Girona parecía de nuevo aquel que arrollaba al rival en presión, pero los de arriba no estuvieron al máximo nivel. Para refrescar el juego, Machín hizo entrar a Christian Alfonso, Eloi Amagat y Jaime Mata, pero los visitantes se lucieron en defensa, incluso pudieron tantear la portería gerundense antes de que el colegiado pitara el final del encuentro.
La próxima jornada depara la visita del Girona al Mirandés, dónde querrán encontrarse con la victoria, después de tres jornadas sin conseguir los tres puntos. El choque en Miranda de Ebro será decisivo antes del gran duelo en Montilivi ante el Valladolid –rival directo del Girona–, que buscará batir de nuevo al conjunto gerundense.