Este miércoles, los aficionados del Sabadell pasaron uno de los peores momentos en la Nova Creu Alta. Bajo la lluvia, con frío y con un resultado para olvidar, los arlequinados se marcharon de vacío del estadio y empapados por el chaparrón. Un partido que, a priori, se presentaba con ilusión para ellos. Ganándolo, los catalanes ponían en dificultades al Tenerife, pero no fue así. Todo lo contrario. Los canarios han puesto en dificultades al Sabadell ahora, que tendrá que sumar seis o siete puntos para salvarse.

En la previa, se notó algo diferente. Juan Carlos Mandiá recuperaba a Juanjo y Collantes, y ambos fueron titulares. A pesar de eso, el técnico lanero volvió a apostar por introducir a tres centrales en el once, con lo cual, Kiko volvió a ocupar la posición de pivote defensivo. Una apuesta que no salió bien en Butarque y que, viendo el resultado, tampoco salió bien ante el Tenerife.

Dominio estéril

Vistos los primeros minutos del Sabadell, nadie diría que el resultado fuera justo. El conjunto catalán se hizo desde el primer minuto con la posesión e intentó penetrar la puerta de Dani Hernández. La presión alta y las ocasiones sin demasiado peligro de los arlequinados fueron las protagonistas hasta el gol de Carlos Ruiz. El tanto fue resultado de un balón suelto en el área que Carlos se encargó de enviar al fondo de la red. Efectividad 100%. Una llegada, un gol. Una vez más, el Sabadell tuvo que empezar por debajo en el marcador, pero su afición siguió animando con fuerzas.

Tras esa desafortunada acción, los laneros siguieron con el dominio. Un dominio, pero, estéril. Mucho toque y muy poco peligro, por no decir nulo. Faltaba gente arriba para acompañar las embestidas de Aníbal y Collantes, este último jugando con molestias. El segundo no tardó en llegar, y ese fue el auténtico jarro de agua fría y no la tormenta que caía en Sabadell. A los 22 minutos, Suso puso el segundo tanto en el electrónico con un disparo cruzado. De nuevo, los catalanes se repusieron y volvieron a hacerse con el esférico para seguir acechando la meta visitante.

Una sucesión de centros, pases y disparos sin demasiado atino acabó por desesperar a la afición que ocupaba las gradas del estadio. Pero la desesperación absoluta llegaría con el tercer gol del Tenerife. Suso de nuevo, con bastante suerte, introdujo el balón en la meta de Nauzet. El disparo rebotó en Martí Crespí desviando totalmente la trayectoria y dejando vendido al portero del Sabadell. Con el 0-3 y el enfado tremendo de los arlequinados, el partido llegó al descanso.

La lluvia cogió protagonismo

En los segundos 45 minutos, los espectadores pudieron ver muy poco fútbol. La lluvia cada vez se intensificó más, y en el ecuador del segundo tiempo, empezó a suponer un problema para los futbolistas. Sin nada que perder, Mandiá volvió a una alineación más normal y quitó a Martí Crespí, devolviendo a Kiko a su lugar, y puso a Benja para acompañar a Aníbal en la punta de ataque. A parte, a los pocos minutos, el técnico del Sabadell tuvo que sustituir a Collantes, que se retiró con molestias. En su puesto, pudimos ver un buen puñado de minutos de Pol Roigé, que hizo una más que aceptable actuación.

El asedio catalán siguió, y el Tenerife se dedicó a defender para no complicarse el partido. A pesar de todo, el único gol arlequinado llegó a los 85 minutos de encuentro. Benja, con un disparo de primeras, anotó el 1-3 que arrancó algún tímido reconocimiento por parte de la afición. Al final, pitada y gritos en los cuales pudimos escuchar "Jugadores mercenarios". Unos gestos inmerecidos para jugadores que siguen luchando por la permanencia y que consiguieron desplegar un buen fútbol sobre el terreno de juego.

El próximo sábado, el Sabadell tendrá que visitar Huelva para enfrentarse al Recreativo a partir de las 16:00. Un partido que, definitivamente, será una final para los pupilos de Juan Carlos Mandiá. La permanencia pasa por sumar un mínimo de seis o siete puntos. La parte positiva para los laneros es que todavía tienen que enfrentarse a rivales directos como Osasuna o el mismo Recreativo.