La historia de Paco Herrera en el Real Zaragoza no es precisamente de las mejores que ha vivido el técnico catalán en su trayectoria como entrenador. El barcelonés había cogido las riendas del equipo maño el 19 de junio de 2013, tras haber sido cesado del Celta de Vigo. El barcelonés tenía la difícil tarea de llevar al equipo de la Romareda de nuevo a la Liga BBVA.

El barcelonés ya sabía lo que era llevar a un equipo a la máxima categoría del fútbol español, puesto que ya lo había hecho con el equipo gallego, así que la cosa no pintaba mal para los aragoneses. Sin embargo, el poco tiempo que estaría Herrera en el banquillo zaragozista fue muy difícil de llevar. Los problemas tanto deportivos como extra deportivos hicieron de la 2013-14 una de las temporadas más complicadas del técnico.

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Poco a poco, iban saliendo a la luz los primeros rumores de amaños por parte de los maños. El partido contra el Levante en la última jornada de la Liga BBVA, donde el Zaragoza consiguió en el Ciutat de Valencia la permanencia en Primera División en el último suspiro, empezaba a ser cuestionado. Jugadores y equipo directivo del conjunto aragonés serían llamados a declarar por la justicia para aclarar el asunto.

Herrera tuvo que lidiar con los problemas internos del club

Pero los problemas no se quedaban allí. El Zaragoza empezaba a pasar por dificultades económicas. Los malos resultados deportivos y la subida de los precios hicieron que descendiera drásticamente el número de abonados. Paco Herrera tenía la difícil tarea de reconducir la situación a través de buenos resultados deportivos, trabajo que finalmente no lograría realizar.

El 17 de marzo de 2014 el técnico fue destituido del cargo, tras cosechar siete partidos seguidos sin conocer la victoria. Su última derrota (4-2 frente a la Ponferradina), fue el detonante del cese, que llegaba en la jornada 30. Herrera dejó al equipo a cuatro puntos del Play-Off por el ascenso y sólo dos por encima del farolillo rojo. Su sucesor, Víctor Muñoz, tampoco pudo mejorar los resultados, y el Zaragoza acabaría la temporada decimocuarto en la tabla, muy lejos de los puestos de ascenso.

Ahora, un renovado Zaragoza visita el domingo el estadio de Gran Canaria, ocupando la séptima posición en la clasificación y a sólo dos puntos de los Play-Off, por lo que el encuentro valdrá algo más que tres puntos. Herrera volverá de esta manera a enfrentarse a su último club, en un partido donde el morbo ya está servido.