Santa Cruz ejerce de salvador

El Málaga cosecha tres puntos vitales en un triunfo muy trabajado ante un Getafe inocuo que apenas generó peligro contra Caballero. Tras una serie de ocasiones falladas, Roque Santa Cruz anotó el gol de la victoria nada más salir al campo a quince minutos del final. El Málaga mereció más y recupera parcialmente la sonrisa. | Imagen: EFE

Santa Cruz ejerce de salvador
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Por Antonio Jesús

Declaraba Mario Husillos este viernes en la rueda de prensa de su presentación como director deportivo que el Málaga "no necesita salvadores" y que la plantilla actual debe ser la que salga de la situación estresante en la que se había adentrado. Un día después, esta afirmación cobra sentido, ya que el salvador del equipo ha sido Roque Santa Cruz, que reaparecía un mes y medio después de su último encuentro contra el Betis, y lo ha hecho a lo grande, ya que ante la desesperación de la hinchada al comprobar cómo el gol se resistía pese a los esfuerzos del Málaga por conseguirlo, el paraguayo saltó al césped y cabeceó a la red un centro de Duda al minuto de su ingreso. Lo que viene a ser un "llegar y besar el santo" en toda regla.

El Málaga sabía que tenía que arrimar el hombro para este encuentro. El final de la primera vuelta está cercano y la decadencia del equipo era manifiesta. El descenso a dos puntos, juego pobre, resultados insuficientes y el entrenador en entredicho. La Copa del Rey no da puntos pero el empate que regaló el cuadro costasoleño ante Osasuna el pasado domingo fue un lunar para el personal y un dardo a la confianza del equipo, la cual necesita un impulso en forma de victorias. A La Rosaleda llegaba el Getafe, un equipo que sabe remar con la corriente a favor en la clasificación y aprovechar los partidos en los que hay puntos en juego. Nueve puntos separaban a ambos en la clasificación y desde el primer momento ya se percibía quién era el necesitado y sobre quién estaba la presión.

Superioridad malaguista

Los locales salieron en busca de Moyá desde muy pronto. Un tiro lejano de Eliseu en la primera jugada anticipaba el dominio que produjo el conjunto andaluz en el inicio. El Getafe se basó en su orden defensivo y contraataque para actuar en el partido, un arma que en otros partidos habría dañado al Málaga, pero en este no. Poco a poco carburó el cuadro de Schuster. Le cuesta construir fútbol a este equipo, pero se fue entonando y generando superioridades gracias a la contribución de Portillo, con su toque en el origen de la jugada y la incorporación continua de los laterales, de los más destacados del encuentro. El Málaga volcaba el peso del juego a la derecha, donde Gámez asomaba constantemente sirviendo centros en bandeja que nadie conseguía atinar. En la otra Antunes se pronunció con subidas peligrosas y un gran eslalon que estuvo a punto de culminar con el primer gol, además de un libre directo rozando el palo.

La esperanza de los azulones era el balón parado. Llegaban relativamente cómodos en transición hasta campo contrario, pero ahí se atascaban y no buscaban el desequilibrio. Pese a ello, Pedro León tuvo dos intentos con su guante para probar con malicia a Willy Caballero, pero el arquero se mostró firme. Por lo demás, la zaga malaguista controló dificultades a un inactivo Marica y a un Diego Castro poco mordedor. El Málaga se imponía en la medular con un Camacho aceptable y un Tissone correcto. Morales se beneficiaba de las ventajas de sus compañeros, pero su poca claridad en la distribución le penaliza en ocasiones.

Se resiste el gol

El gran lastre de un Málaga superior en los primeros 45 minutos era la falta de definición. Juanmi, que repitió titularidad, se mostró activo y tuvo la ocasión más clara, al estrellar contra la madera un centro preciso de Antunes. También Sergio Sánchez tuvo en su cabeza un gol en saque de esquina que sacó a bocajarro Moyá. El Málaga no se desmotivó y continuó con su búsquda del gol tras la reanudación, cuando desaprovechó dos grandes oportunidades. Una de Tissone, que llega forzado a un mano a mano y no resuelve bien, y otra de Juanmi, que caza un rechace en área pequeña y la echa fuera con todo a su favor. El Getafe lograba contener en esos minutos la fiebre malaguista, enfriando el partido pero sin disponer de ocasiones.

Santa Cruz decide

Los de Schuster se estaban viendo nuevamente en la tesitura de no poder abrir la lata hasta que llegaron los cambios. A Schuster se le ha criticado por el manejo de los cambios en anteriores partidos, pero esta vez fueron decisivas la entrada de Duda y Santa Cruz sobre el césped. Lo del paraguayo fue especial. Al primer balón que tocó forzó una falta en campo contrario, y en esa falta asomó con la cabeza para colocar el 1-0 ganando a todos los defensas. La asistencia, de Duda, emulando al gran lanzador de antaño. El gol distendió al Málaga y elevó a Santa Cruz, que se llevó el cariño de la afición y generó peligro allá por donde fue. Luis García se fue entonces a por el empate, pero el Getafe no despertó de su letargo y apenas disputó el empate, ya que el Málaga administró esta vez bien la ventaja aprendiendo de los errores ante Osasuna.

La victoria fue un soplo de aire fresco para un Málaga que necesita recuperar la sonrisa y la confianza, en lo que debe ser un punto de inflexión del equipo en liga para dejar atrás el descenso. No puede haber mejor manera de despedir el año que ganar en Elche para estabilizarse en la mitad de la tabla. El Getafe, por su parte, prepara la visita del Barça en su lucha continua por ser un equipo con más regularidad. Esta noche en Málaga hubo un ganador merecido, por eso se quedaron los puntos en casa.