En Mestalla el Málaga volvió a perder, esta vez estrepitosamente; sin embargo no toda la culpa la tuvo el técnico pamplonés, gran parte de la responsabilidad esta vez recae en los jugadores.

El once inicial de Gracia fue:

Un once inédito hasta la fecha y forzado por las múltiples bajas del Málaga: Tissone y Recio por sanción, Boka y Amrabat por lesión.

En ataque

Aún con las bajas no se anduvo con experimentos en ataque y formó con tres centrocampistas en la zona de tres cuartos y un punta. Las características de los jugadores invitan a formar de esta manera:

Juankar tiene desborde por velocidad y buen centro, Duda tiene una notable visión de juego, movilidad en apoyos cortos, ayudas en defensa y Horta es un jugador nato para la banda.

Aquí llega el primer traspiés del técnico: el Valencia prácticamente anuló a los extremos con Gayá y Cancelo, además la segunda línea del equipo ché ya presionaba a los malaguistas por el centro del campo. Parece que Nuno estudió los partidos anteriores del Málaga donde cargaban casi todo el juego ofensivo a las bandas y sus dificultades de construir en corto por la medular.

Quedaba Duda para crear peligro y fue de los pocos que consiguió enlazar jugadas cerca del área para los malacitanos. Charles, como es habitual, bastante alejado de la jugada esperando el centro a la espalda.

Reacción de Gracia: sacar a Cop en la segunda parte y Tighaldouini muy tarde; estos jugadores son más dinámicos en los desmarques buscando el juego en corto, con apoyos constantes e intentan marcar metiéndose entre líneas o chutando desde fuera del área si encuentran el hueco. Aún así, después de que el problema del ataque por bandas se haya repetido una y otra vez no ha sabido dar con la solución.

Para tener la opción del juego entre líneas se contaba con Camacho, su salida de balón y la juventud de Fornals, que aporta velocidad y claridad de ideas. A priori buenas elecciones, pero los valencianistas no se lo pusieron fácil y Camacho aún tiene que coger ritmo de competición; ambos centrocampistas no estuvieron a la altura a pesar de que lo intentaron una y otra vez.

En defensa

Ahora llega el momento de hablar de la defensa, tres goles no son producto de la mala suerte.

Lo primero, Charles fue en parte artífice de dos goles en contra del Málaga, está claro que Javi Gracia se replanteará que ayude atrás; en un principio, al ser alto y corpulento tiene sentido en tratarlo como una especie de central en los córners, pero si no tiene formación defensiva es como si pusiera a un juvenil a defender en Primera Divisón.

El primer gol, dentro de que le puede ocurrir a cualquiera, pasa por medir mal al saltar y prever dónde caerá al balón. Desde fuera puede parecer un acción complicada, pero quien lleva mucho años despejando balones de cabeza ya tiene control de todas las distancias y saltos.

El segundo gol es una falta de concentración de toda la defensa, Charles fue el único jugador atento a Gomes y el único que se lanzó a por el balón, en este sentido echamos un capote a Charles y a Gracia; fue la falta de intensidad en la defensa lo que provocó el pasillo de Gomes hasta Kameni.

En defensa, viendo la solvencia que llevaban tendiendo durante la temporada, Gracia separó un poco la línea de centro de campo de los defensas para fomentar la salida rápida de balón, pero la habilidad de los jugadores chés, la falta de intensidad y en ocasiones concentración de los malaguistas hizo que el resultado fuese tan abultado a pesar de la aparente igualdad en el terreno de juego.

Javi Gracia vuelve a salir escaldado con su planteamiento a pesar de ser bastante razonable a priori.