La noche se planteaba con muchas ganas por ambas partes de las aficiones en otro partido en La Rosaleda, donde se volvían a enfrentar dos equipos míticos andaluces de la Primera División Española, el Málaga CF y el Real Betis.

A la alineación del Málaga volvían dos jugadores importantes. Por un lado, Angeleri regresaba tras su lesión para ocupar el centro de la defensa junto a Weligton. Por su parte, Tissone hacía lo mismo pero en el centro del campo, para volver a ser pareja de baile de Recio. Además, a estas dos incorporaciones había que añadir la primera convocatoria de la jovencísima promesa Mastour, quien empezaría desde el banquillo.

Antes de comenzar el partido, la Liga BBVA premiaba al Málaga CF con el galardón de Mejor Estadio de la temporada 2014/2015 y que lo recogieron distintas personas de la directiva del Málaga.

Dominio blanquiazul pero sin gol de nuevo

Los nervios estaban a flor de piel por parte de ambos equipos, y eso se reflejaba en los primeros minutos, donde los conjuntos tuvieron varias oportunidades de adelantarse, pero un fuera de juego verdiblanco y un mal tiro de Duda, dejaba por el momento a cero el marcador.

Las jugadas polémicas estarían también desde el inicio, ya que un posible penalti sobre Tighadouini y una posible mano de Westermann podían haber derivado en la pena máxima antes de los primeros diez minutos.

El Betis no conseguía llegar a puerta rival, hasta que en el minuto 12 un tiro de Rubén Castro pudo dar la sorpresa, aunque Kameni estuvo acertado como acostumbra ya en el equipo de Javi Gracia.

Pero eso sería un espejismo de lo que estaba sucediendo desde que pitó Prieto Iglesias el inicio del partido, ya que pocos minutos más tarde Juankar seguiría liderando el ataque malacitano con una gran jugada por la banda izquierda que terminaría en un trallazo contra la portería bética, pero que detendría con acierto el antiguo madridista Adán.

El Betis se aferraba al veterano delantero Rubén Castro en cada jugada ofensiva que disponían, pero el poco acierto del delantero o las buenas actuaciones de Kameni, frustraban las jugadas de los sevillanos.

Los ataques continuaban y el asedio blanquiazul a la portería de Adán seguía jugada tras jugada, con Tighadouini y Juankar a la cabeza.

Pero lo que parecía una primera parte animada y con superioridad del Málaga, empezó a ser un partido de idas y venidas con balones perdidos por ambos equipos, donde el juego era poco vistoso y sin ideas. Y es que poco a poco la pasión e intensidad que había puesto el equipo de Javi Gracia se iba apagando, exceptuando alguna jugada peligrosa por fallos defensivos del contrario.

Sin embargo, los últimos diez minutos el Málaga iba a sacar raza y corazón para volver a traer el peligro al área bética, con buenas jugadas por las bandas y con Charles intentando terminarlas.

Los nervios se iban apoderando del conjunto de Pepe Mel, que al no tener el balón, todo lo que intentaba hacer terminaba perdiéndolo en pases sin sentido o faltas peligrosas, como la de Cejudo sobre Duda por la que vio tarjeta amarilla a cinco minutos del final de la primera parte.

Y aunque el Málaga continuó con su insistencia, Prieto Iglesias pitaba el final de la primera parte con un cero a cero en el marcador, dejando a los aficionados de nuevo con un buen sabor de boca por las ocasiones obtenidas pero con el runrún pesimista por la falta de gol de nuevo.

La falta de gol y los errores defensivos sentencian

La segunda parte comenzaría con un cambio en las filas del Real Betis, donde se marcharía Digard y entraría Xavi Torres. Un cambio de Pepe Mel que buscaba más control en el centro del campo, algo que había faltado en el equipo bético durante toda la primera parte.

Y aunque parecía que los primeros minutos el Betis salía con más fuerza con Rubén Castro de nuevo y Joaquín por la banda, el Málaga volvía a sacar su mejor defensa para detener a los verdiblancos y salir con buenos contraataques.

El partido continuaba con los blanquiazules aproximándose, y poco después de que pasasen los diez minutos de la segunda mitad llegaría la jugada de la polémica.

Una buena jugada de Recio en el área lo dejaba solo ante Adán, pero ante el contacto con un defensa del Betis, caía pero sin ningún tipo de señal del colegiado navarro.

Las conexiones empezaban a funcionar entre los jugadores de Javi Gracia. Duda yendo de banda a banda empezaba a distribuir el balón a sus compañeros y eso dio más de una jugada peligrosa para el Málaga hasta el fatídico momento.

Una pérdida de balón por la defensa blanquiazul dejaba solo a Rubén Castro frente a Kameni, que poco pudo hacer ante el veterano delantero del Betis que adelantaba a los verdiblancos en el minuto 64.

El Málaga no bajaba los brazos y seguía echándose arriba, y ante la falta de definición, Javi Gracia decidió echar más leña al fuego, con la entrada de Duje Cop.

Y parecía que podía surtir efecto, ya que su entrada dio más movilidad en la delantera y abría más espacios a Charles, algo que pudo aprovechar tras un centro de Juankar pero que detuvo con acierto Adán antes de entrar en el último cuarto de hora.

Las jugadas iban pasando para el Málaga pero no había manera de superar la portería de Adán, quien se resentiría de la espalda en los últimos minutos y la pérdida de tiempo hacía estallar a la grada, que miraba desesperada a su equipo esperando el gol del empate.

El balón se resistía a entrar y cada jugada con algo de polémica se multiplicaba por diez ante las quejas de los jugadores blanquiazules y los pitidos de la afición.

Pero la última bala de la recámara sería Mastour, que se estrenaría con el equipo de Martiricos a falta de cinco minutos para buscar a la desesperada el gol del empate.

La rabia y las ganas seguían en los jugadores del Málaga, y así se vería reflejado en el central Weligton, que en los últimos minutos jugó en la delantera por orden directa de Javi Gracia para intentar buscar el gol por arriba, y casi llegaría cumplidos los 90 minutos.

Prieto Iglesias añadiría cuatro minutos más, donde ya las pocas fuerzas y el desorden en el ataque dejaba el marcador del Málaga a cero.

Con el pitido final llegaron los reproches de la afición, donde se reclamó al equipo  responsabilidades y la dimisión de junta directiva y entrenador. Y es que mucho tienen que cambiar las cosas en Málaga para que la afición empiece a ver frutos en su equipo.