Málaga CF y Betis volvieron a verse las caras en la capital hispalense para disputar el partido relativo a la jornada 30. Los blanquiazules que llegaban al derbi con un total de cinco partidos consecutivos sin perder supieron aprovechar un error de Adán en el minuto 82 para llevarse los tres puntos del Benito Villamarín. El guardameta del Betis salió a por uvas en una falta colgada por Recio y Camacho no tuvo nada más que peinar la pelota para que entrara limpia al fondo de la red. Esa ‘cantada’ marcó el desenlace de un partido que estuvo marcado en todo momento por las intervenciones de los dos guardametas.
El fútbol es así. Muy poco previsible. Hasta que el árbitro no indica el final, el partido puede dar muchas vueltas. Que se lo digan al guardameta bético que pasó de héroe a villano en cuestión de minutos. Los errores cometidos por los porteros son más graves. Que se lo digan a Adán que detuvo todos los lanzamientos que los artilleros del Málaga disparaban entre los tres palos, hasta que, un fallo suyo -el único en todo el partido- supuso la derrota definitiva (0-1) de su equipo.
Adán fue el culpable de que el Málaga no encarrilara la victoria nada más empezar el encuentro. El exguardameta del Real Madrid rechazó un zapatazo de Albentosa y un remate de Cop en cuestión de segundos. Una jugada en dos. El bético sin apenas tiempo para asimilar los dos disparos sacó dos manos excelentes que mantenían el resultado gafas. Sin embargo, cuando parecía que los béticos comenzaban a crear ocasiones contra la portería defendida por Ochoa llegó en testarazo de Camacho y el Betis desconectó y su juego se fue desintegrando con el paso del tiempo.
El Málaga suma con los tres puntos de ayer un total de 39 a falta de ocho partidos para que concluya el campeonato nacional de Liga y la permanencia para la próxima temporada prácticamente sellada. La renovación de Gracia, la buena imagen del equipo en el último tramo liguero y el esfuerzo colectivo están permitiendo al Málaga cumplir los objetivos, y es por eso que desde Martiricos sueñan con la posibilidad de jugar en Europa el próximo curso.
Duelo en la portería
El derbi andaluz se saldó con la derrota del Betis en casa, sin embargo, el partido tuvo dos jugadores en sus respectivos equipos que brillaron en el césped por encima del resto. Si Adán, a pesar de su error, fue el mejor de los béticos, también lo fue Ochoa. El mexicano estuvo acertado en varias ocasiones en la segunda parte, cuando más arremetía el conjunto verdiblanco.
El Memo Ochoa estuvo muy atento y habilidoso en los despejes, secando por completo a base de paradas a Damiao. El brasileño, que debutaba por vez primera como titular, no supo leer adecuadamente el partido y estuvo perdido durante todo el encuentro. Pasaban los minutos y el marcador no se movía. Cuando todo indicaba que el resultado iba a terminar en tablas, se erigió Camacho rematando un balón aéreo dentro de los tres palos para rescatar tres puntos vitales a favor de los blanquiazules, a pesar de que el Betis pidió insistentemente mano de Albentosa al colegiado en la jugada del gol. Sin embargo, Clos Gómez hizo oídos sordos y dio por válido el tanto de Camacho.
El balón parado
Los pupilos de Javi Gracia le han cogido el gustillo a los lanzamientos a balón parado. Las jugadas de estrategia se han convertido en el mejor aliado del Málaga a la hora de desatascar partidos y abrir la lata. Esta vez en el Villamarín, un centro colgado a balón parado por Recio terminó en el fondo de la portería defendida por Adán y con los tres puntos en las arcas de los de la Costa del Sol. Las faltas y jugadas de estrategia siguen dando puntos a los blanquiazules.
El detonante fue la segunda mitad
Los blanquiazules arremetían duramente contra la portería defendida por Adán, pero el guardameta verdiblanco estaba pletórico. Los disparos de los arietes del Málaga CF solo veían guantes y más guantes. La figura de Adán se acrecentaba. Como si de un muro se tratase el guardameta atajaba o escupía balones fuera de su portería sin pasar por muchas dificultades. Ya en la segunda mitad hubo un momento en el que los de Gracia no atinaban a enlazar pases y crear jugadas de peligro.
El juego se estancó y se precedieron continúas acciones de juego marcadas por imprecisiones y errores en los pases. La banda derecha malaguista no estaba a la altura de los anteriores encuentros, y los béticos comenzaron a contratacar y crear ocasiones de peligro contra la meta defendida por Ochoa. Fueron los mejores minutos de los béticos en todo el encuentro, sin embargo, no supieron aprovecharlos y al final acabaron perdiendo en su estadio.
Gracia movió el banquillo y con los cambios buscaba un revulsivo que frenase el ímpetu con el que contratacaban los béticos que, siempre se encontraron con las manos de un acertadísimo Ochoa. Con Juankar y Pablo Fornals en el campo, los blanquiazules ganaron equilibrio en su juego y defendían el empate sin renunciar a la victoria. No hacían muchas ocasiones de peligro, pero si por algo se distingue el Málaga del resto de equipos es por su facilidad para crear jugadas de peligro en cuestión de segundos. Y en una acción a balón parado el conjunto blanquiazul encontró el premio del gol.
Con la victoria de ayer el Málaga es octavo con un total de 39 puntos, y con el objetivo de la permanencia prácticamente cumplido, los de Martiricos harán lo imposible por encontrar a base de esfuerzo y trabajo colectivo el premio de un puesto para estar en Europa la próxima temporada. Por eso a los blanquiazules solo les vale ganar los ocho encuentros restantes. Y el próximo tres de abril en La Rosaleda a las 16.00 horas tienen otra final contra el Espanyol.