Como era de prever, el lateral catalán de veintiún años no seguirá en el Gimnàstic de Tarragona la próxima temporada. El defensor, que había jugado previamente en el Real Zaragoza y la UE Sant Andreu, llegó a Tarragona a mediados de enero, formando parte de un numeroso grupo de refuerzos invernales que devolvieron la ilusión a Tarragona haciendo creer que los playoffs eran un sueño posible, que se acabó desvaneciendo en las últimas cinco jornadas.

Desde que se incorporó al vestuario que dirigía Javier Salamero, jugó un total de trece partidos defendiendo la zamarra grana, en los que no ha acabado de convencer a la afición. Además, según informa el club en una nota de prensa que cierra con el mejor deseo en su futuro a nivel personal y profesional, ha sido el jugador el que ha tomado la decisión.