Osasuna golpeaba de forma directa, al mentón. Y lo hacía cuando apenas se había cumplido el segundo minuto de juego, por medio de Oier. Un testarazo a la salida de un córner, fruto también de un arranque dormido del conjunto vallecano, propició el tanto rojillo. Un tanto que despertó durante unos minutos la garra de los visitantes que querían desquitarse cuanto antes y volver a empatar la contienda. Sin embargo, entre medias de esa tímida reacción y cuando el Rayo parecía estar bien plantado sobre el terreno de juego, tomando el control del esférico, llegó otro mazazo en forma de gol navarro.

Esta vez era Oriol Riera, marcando su quinto tanto particular en Liga, el que remataba a placer el desvío de un tiro de De Las Cuevas que había pegado anteriormente en un defensor franjiverde. El encuentro se ponía muy de cara para los intereses locales. Los de Jémez se encontraban noqueados, mientras tanto, caras largas en el banquillo rayista preocupados la facilidad con la que los equipos buscan y encuentran las cosquillas al que es el equipo más goleado de Primera con un total de 27 tantos encajados.

Desconcierto inicial

El intercambio de bandas entre Lass y Falqué daba otro aire a un Rayo mermado por esos dos goles tan tempraneros en contra. Con más corazón que cabeza, los pupilos de Jémez intentaban abordar la portería contraria sin apenas precisar de elaboración en el centro del campo. Esa anarquía en ataque, con intermitentes subidas incluso de Saúl a posiciones ofensivas, propiciaba facilidades en la retaguardia y como consecuencia de ello, continuos contraataques con los que el conjunto de Javi Gracia se mostraba cómodo.

A pesar de jugar con el luminoso en contra, la escuadra rayista no le perdió la cara al encuentro y continuó intentándolo aunque sin éxito sobre la meta defendida por Andrés Fernández. La eficacia de cara a puerta que tuvo Osasuna, pesaba como una losa en la mente visitante que intentaba sobreponerse y acortar distancias para mostrarse en igualdad de condiciones.

El segundo acto comenzaba sin sustituciones en ambos conjuntos en cuanto a hombres se refiere. Tanto Gracia como Jémez no movían ficha en sus respectivos banquillos y continuaban confiando en sus once de inicio. Sin embargo, el técnico canario introducía una variante en el centro del campo con Saúl Ñíguez incrustado en la sala de máquinas junto a Adrián y Trashorras a la hora de elaborar jugadas en ataque. Y cuando Larrivey estaba listo para entrar, llegó el 3-0 que prácticamente dejaba agotadas las esperanzas rayistas. Roberto Torres se aprovechaba de una serie de rechaces dentro del área para definir de manera magistral con pierna diestra donde Rubén no podía hacer nada. Este tercer tanto hundía aún más a un Rayo hecho trizas mentalmente y con los puestos de descenso de nuevo en la cabeza.

Expulsión y reacción

Una entrada por detrás sobre el canterano rayista, desmedida por parte de Miguel de Las Cuevas, propiciaba la expulsión por roja directa del ’8’ rojillo que no dudó el colegiado en señalar. Osasuna afrontaba los últimos 25 minutos de partido con un hombre menos. A raíz de quedarse en inferioridad numérica, el equipo local echó un paso atrás. Una acción que aprovechó el bando visitante de manera efectiva embotellando a los de Javi Gracia en campo propio. Un córner botado en corto hacia Jonathan Viera originó el 3-1 obra de Gálvez. El central anotaba su segundo tanto en Liga e ilusionaba recortando distancias después de rematar con la puntera un centro exquisito del mediapunta canario.

Un encuentro que parecía casi finiquitado, cambió de manera radical con la salida al campo de Embarba aportando mayor profundidad aún por banda. A simple vista, en la recta final de la contienda, los locales habían perdido fuelle y sostenían como podían las acometidas franjiverdes una y otra vez. El entrenador rojillo supo frenar introduciendo jugadores de refresco y con veteranía como Patxi Puñal, el arreón rayista una vez habían logrado recortar distancias. Finalmente, no se obró el milagro en el Sadar en los minutos finales ni siquiera para que el Rayo pudiese arañar un punto ante un rival directo y fue Osasuna quien se quedó con los tres puntos.

Un triunfo que propicia que los navarros salgan de puestos de descenso –situándose con 10 en la tabla- y que casualmente hace que los vallecanos entren de nuevo en la zona caliente de la clasificación quedándose con 9 puntos. La próxima jornada los de Javi Gracia visitarán Anoeta con la moral por las nubes mientras que el Rayo recibirá al Real Madrid en Vallecas después del duro varapalo obtenido en Pamplona.

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