La tarde fría pero soleada en la barriada de Vallecas invitaba a disfrutar de un buen partido de fútbol, los equipos pondrían de su parte para dar lo mejor de sí y alzarse con la victoria, pero como si de un maleficio se tratara el Rayo Vallecano cuando mejor posicionado estaba en el campo y más a gusto se encontraba desplegando su juego, una internada dentro del área de Sergio García se topó con el brazo de Rubén, quien lo derribo. El colegiado castellano-leonés, José Luis González González señalaba el fatídico punto de penal y consigo la expulsión del portero vallecano.
El once inicial de Paco Jémez compuesto por: Rubén, Tito, Nacho, Lass, Trashorras, Galeano, Jonathan, Arbilla, Saul, Bueno e Iago Falque.
Los primeros pasos fueron rayistas, acercándose al área rival por ambas bandas pero sin serenidad.
Cuando escuchó el pitido del árbitro, Sergio García señalo el punto de pena máxima, lo que nunca iba a imaginar es que dejaría al Rayo con diez.
Colocaba el balón con mimo y miraba la portería, necesitaba abrir el marcador y confiaba en ello.
Muy bien engañando al portero Cobeño, lanzó el esférico hacia el lado opuesto donde sabía que el portero no podía llegar.
Pero el Rayo Vallecano, lejos de tirar la toalla, intento desplegar su mejor juego aún con un jugador menos.
Trashorras remataría esta bolea, que Casilla con una gran estirada pararía, y Lass en posición antirreglamentaria remató a puerta vacía pero para entonces el trencilla ya había señalado la posición ilegal.
Ya en la segunda mitad, de nuevo un penalti señalado sobre Cordoba, transformaría el protagonista de la noche Sergio García el segundo tanto para alejar aún más a los de Paco Jémez
Intentaban resarcirse los vallecanos, que trenzaban jugadas una y otra vez por banda pero ya más que con el corazón con el coraje del guerrero dolorido.
No se lo podía creer Saúl quien no paraba de rematar una y otra vez pero sin fortuna de cara a puerta.
Saúl repitió remate a la salida de un saque de esquina y por fin le sonrió la suerte. Balón bajo el brazo, volver a territorio patrio y empujar hasta el silbato final.
Poco dura la alegría en la casa del pobre y casi sin tiempo para la celebración Sergio García anotó su particular hat-trick inédito con el Espanyol. El último perico que había anotado tres goles en un partido lejos de casa fue Walter Pandiani. El delantero uruguayo hizo tres dianas al Madrid, en el Bernabéu, el 12 de mayo de 2007
Y acto seguido y sin respiro, Stuani irrumpió por la banda derecha y batió a Cobeño para poner el definitivo 1-4
