Aún escuece la reciente derrota contra el Villarreal, pero Jémez no se arruga a la hora de analizarla: “El otro día, más que a causa de errores puntuales, perdimos porque no salimos con mentalidad. No se puede hacer una primera parte espectacular y en la segunda salir amedrentados.” Reconoce las causas del fracaso, entre las que cita el conformismo: “Perdimos por falta de mentalidad, por cobardía y por querer defender no sé qué. Es un partido bien perdido, merecidamente perdido, por cagones.”

Desde la cicatriz hacia la cura

De Castellón no se trae la maleta vacía, sino la lección bien aprendida: “No tenemos falta de intensidad, este equipo siempre corre, trabaja, pelea y hace las cosas con intensidad. El problema es encontrar un equilibrio. Llevamos solo dos días, pero hemos trabajado mucho el partido frente al Villarreal, y los jugadores han podido ver el vídeo y comprobar las diferencias entre una manera de jugar y la otra”. También alude a los buenos minutos que vivió su equipo en El Madrigal, lo que le trae a la memoria el infortunio del partido del Deportivo: “La primera parte del otro día es la mejor desde el inicio de temporada, no hay que mirar solo lo malo. También el partido del Deportivo lo hubiera ganado cualquier otro equipo”. Con su particular sentido del humor, termina ironizando sobre su mala suerte: “Tranquilos, que por ahí comentan que tenemos la mejor plantillas de los últimos diez años, así que acabaremos quintos o séptimos”.

¿Cómo enjaular al león?

La Liga no da tregua y en tan solo siete días, el Rayo afrontará tres partidos: el pasado del Villarreal, el inminente ante Athletic y el encuentro frente al Levante del sábado. Para ello, Jémez maneja una posible rotación de jugadores: “Hay gente que entra y que sale, siempre buscamos frescura y algo distinto. Habrá caras nuevas y otras que no”. A continuación, da su explicación: “Lo mismo que los jugadores tienen que cambiar cosas para mejorar, yo también tengo que mejorar la combinación para que nos dé buenos resultados.” Advierte a sus jugadores que la relajación se paga, puesto que “hay gente que ha tenido la oportunidad de jugar y la ha perdido”.

Con esas ideas afronta el reto que le propondrá el miércoles el Athletic, que tampoco está cuajando un buen inicio: “Cada uno tiene los puntos que se merece, nosotros dos y ellos tres”. Sin embargo, esta situación no engaña al canario, que no olvida que el Athletic “sigue siendo uno de los mejores de España y un equipo Champions, al que va a costar un huevo ganarles”.

Recalculando ruta

Si bien el juego debe ser el mismo, ha quedado demostrado que hay fallos que hay que eliminar. Así opina Paco Jémez, que ni eleva a los altares a los suyos, ni los hunde en el averno: “Hay que trabajar, mejorar y cometer menos errores, hacemos muchas cosas mal, pero el equipo también hace muchas cosas bien. Estamos fastidiados porque ya teníamos que haber ganado”. La clave para el técnico parece ser el equilibrio, puesto que reitera la idea: “Buscamos los mecanismos para encajar menos goles, porque arriba estamos bien, con seis goles en cuatro partidos”. Pragmático como siempre, concluye la idea del cambio de rumbo con una frase lapidaria: “Quiero que mi equipo empiece a ganar ya. Para mejorar hay dos opciones: trabajar más y hacer mejor lo que haces. Ante la duda, vamos a hacer las dos”.

Feroz autocrítica

Paco Jémez, que además de entrenador de fútbol podría ser capitán de barco, quita toda la presión a sus pupilos, esgrimiendo una mordaz crítica contra sí mismo: “Al único al que acosa el tiempo es a mí, que es al que se van a cargar cuando las cosas no vayan bien. Si yo no estoy preocupado, los jugadores no deberían estarlo. No siento presión y cuando toque sentirla, estaré encantado. Es lo más bonito de mi trabajo”. Refuerza su convencimiento de que los errores deben ser corregidos por su parte, no por la de los jugadores: “Buscamos el mayor equilibrio posible y ellos hacen lo que les pido. Hasta que no encuentre la situación de equilibrio la responsabilidad es mía. Es mi trabajo”.