Noche de meigas

El Rayo Vallecano perdió el segundo partido de la temporada contra el Celta. El equipo de Paco Jémez pierde a Toño para la próxima jornada y está pendiente del alcance de las molestias de Zé Castro. La mala suerte se cebó con el conjunto vallecano.

Noche de meigas
Imagen: LFP
tonilopez93
Por Toni López

Según la RAE, una meiga es una mujer que, según la opinión vulgar, tiene pacto con el diablo y, por ello, poderes extraordinarios. La cultura popular y la historia en general, sitúa a estas magas en la zona de Galicia y alrededores y, yendo más allá, se puede desarrollar más la explicación de una meiga diciendo que son hechiceras que buscan el mal para las personas o animales. Dicho esto, algo malo ha tenido que hacer Paco Jémez en sus queridas tierras gallegas para que en el partido contra el Celta hayan pasado tantas cosas en contra de su equipo.

Maleficio gallego

La noche empezaba de la peor forma posible para el Rayo Vallecano. Después de unos 10 minutos de tanteo sin ocasiones claras para ninguno de los dos equipos, Wass entraba por un boquete defensivo franjirrojo, se internaba en el área y era derribado involuntariamente por Toño. Martínez Munuera señaló el punto de penalti y sacó la tarjeta roja directa. El enfado del guardameta al salir del campo fue notable. En su lugar bajo palos debutó Juan Carlos, a Bebé, que se llevó los cariños de consolación de Paco Jémez. En el penalti, Nolito engañó al alcarreño y puso el 1-0 en el marcador a favor de los vigueses.

El Rayo gastó dos cambios antes del minuto 25

Aparte del maleficio que condenó al Rayo para el resto del encuentro, el primer tiempo dejó poco para el desarrollo. A destacar queda, como siempre la buena actuación del portero del Rayo. Eso sí, a diferencia de otros partidos o, sin ir más lejos, del gran encuentro del pasado fin de semana de Toño contra el Valencia, el protagonista esta vez fue Juan Carlos, un muro para todo el ataque celeste, sobre todo para Iago Aspas, que no sabía qué más hacer para sobrepasar al aparente segundo portero del Rayo.Para completar el inicio aciago del Rayo Vallecano, mediada la primera mitad algún músculo de la pierna izquierda de Zé Castro dijo basta y el central, con las manos entre su muslo y la cabeza por la desesperación, tuvo que retirarse y dar paso a Antonio Amaya para que cumpliera sus funciones. Las meigas se frotaban las manos porque el mal de ojo injustificado vertido sobre el conjunto de Paco Jémez estaba funcionando. En menos de media hora, el Rayo acumulaba un expulsado y un lesionado que le obligaban a gastar dos de los tres cambios permitidos. 

Rayo sin luces

Al regreso del descanso, el Celta salió consciente de que su obligación era matar el partido para evitar los nervios al final del mismo. No tardó mucho en hacerlo y es que, después de varias intentonas, una mala salida de balón del Rayo llevó el esférico a los pies de Nolito, que hizo su jugada favorita, la de ir de la banda izquierda al centro y disparar. Esta vez se encontró con un Llorente que rechazó el remate al fondo de su portería. Las meigas volvían a actuar para poner un 2-0 que complicó aún más la vida de Paco Jémez y los suyos en el partido de Vigo.

El Rayo intentó despertar con un disparo desde la frontal del área de Trashorras que tocó en un defensa y a punto estuvo de entrar en la portería de Sergio. Poco más pudo hacer en ataque el Rayo, pero, en cambio, el Celta no paró de buscar los cuartos a Juan Carlos, que se quería negar a encajar más goles y detuvo a los Orellana y compañía en más de una jugada.

La entrada de Miku dio un poco de aire fresco en ataque al Rayo en los últimos minutos. De sus pies nació una jugada al contragolpe que murió por encima de la portería con un disparo de Lass Bangoura. Lo intentó en más ocasiones el venezolano, pero se encontró muy solo en las labores ofensivas, al igual que Manucho, y se fue de vacío pese a sus intentos.

Fontás sentenció en una jugada ensayada

Por si no se habían ensañado suficiente, las hechiceras volvieron a salir. Esta vez fueron las buenas, las bruxas, vestidas con la zamarra del conjunto vigués. La pócima de Berizzo con las faltas laterales surtió efecto. En una de ellas, botada por Nolito, Fontás remató totalmente solo desde el punto de penalti, sentenciando más aún con el tercer gol las aspiraciones de remontada de los de Paco Jémez.

Fin y gracias para el Rayo. Y no por el resultado, ya que Paco en eso es en lo último que se fija prácticamente, sino por evitar posibles lesiones producto de la gran carga de trabajo y esfuerzo de los jugadores hoy vestidos con la franjiarcoiris. Ahora llegan dos semanas para recuperar completamente a Tito, para tratar a Zé Castro y para recuperar a Adrián Embarba. En definitiva, para tener la plantilla al máximo rendimiento para el cuerpo técnico con la intención de conseguir la primera victoria de la temporada contra el Deportivo de la Coruña. Las meigas gallegas, por el bien del Rayo, que no viajen a Vallecas.

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Sobre el autor
Toni López
Periodismo en la URJC en Vicálvaro. Moviéndome por Radio Marca y Unión Rayo, antes por COPE, ABC Punto Radio y Radio 21. Amante del deporte en general, fútbol y fútbol sala en particular. Practicante cuando me dejan. Periodismo como vocación. Gracia cordobesa y orgullo madrileño.