La historia de José Raúl Baena Urdiales (Torrox, Málaga, 1989) es la de muchos chavales que luchan día a día por conseguir su sueño: jugar en Primera División. El mediocentro defensivo llegó a un Rayo Vallecano en el que tuvo que ganarse la titularidad a pulso tras abandonar el club que le dió su oportunidad y que le formó desde juvenil, el RCD Espanyol. Muchos años de pasado perico que han dado como resultado muchos amigos y hasta una peña que lleva su nombre.

Pasado perico

Como todo niño, Baena empezó en el mundo del fútbol jugando en el equipo de su localidad, el Faro de Torrox. Allí, el pequeño Raúl se divierte y aprende a pasos agigantados. Su primer contacto con un club de élite fue tres años después, en 2000, cuando entra en los planes de las categorías inferiores del Málaga CF. Bastarían dos años más para que el FC Barcelona se fijara en él y se lo llevara a La Masía, allí llegó a defender la elástica blaugrana con el Juvenil DH. Barcelona sería su ciudad, pero no Can Barça su entidad: Con 18 años el RCD Espanyol se hace con sus servicios. El club perico saca lo mejor de el de Torrox, sus plan para él es que reparta juego en la Segunda B con el filial, aunque alternando partidos con el Juvenil. Raúl y el Espanyol viven un idilio futbolístico, que dura más allá de una terrible lesión de menisco que le mantiene ocho meses alejado del terreno de juego. Su debut en Primera División era cuestión de tiempo: 4 de octubre de 2009 ante el Villarreal. El mediocentro vio ese día su sueño de niño cumplido.

Llegó el verano de 2013 y Raúl Baena se encontró negociando su renovación con el conjunto blanquiazul. A pesar de expresar sus deseos de quedarse en repetidas ocasiones ante la prensa, no hubo acuerdo. Tras seis años siguiendo el ciclo natural de un jugador, desde una categoría inferior al primer equipo, después de 85 partidos y dos goles, solo en la máxima categoría; Raúl Baena hizo las maletas para marcharse a Madrid, a un Rayo Vallecano que venía de conseguir la mejor clasificación de su historia con un loco por el buen juego al que llaman míster: Paco Jémez.

Imagen: Dani Mullor (VAVEL.com)

Evolución franjirroja

La primera temporada de Baena es regular. Jémez apenas cuenta con él en las alineaciones, pero opta por darle minutos una vez iniciado el partido. Saúl Ñíguez le come la tostada y en la temporada 2013/14 el torroxeño juega 20 partidos, pero solo completa siete de ellos; es un recurso, no un imprescindible. La cosa cambia en la campaña siguiente, la 2014/15, Raúl forma con Roberto Trashorras una pareja espectacular en el centro del campo, que se combina a la perfección. Juega 28 partidos, siendo todos ellos titular y vuelve a ver portería tras un año de sequía, anotando dos goles. Ese verano, el Rayo le renueva hasta 2017 para tranquilidad de los aficionados; que le aprecian y le ven como pieza clave del equipo, algo que ha reconocido el propio Jémez. En la campaña vigente, el mediocentro se ha perdido solo uno de ocho partidos de liga.

La Polémica

A pesar se su carácter tímido y tranquilo, la polémica no ha perdonado al jugador. Hay que remontarse al 21 de septiembre de 2013, concretamente a un Rayo – Barça. Tras el choque, Raúl es protagonista de conversaciones y análisis por un gesto que concierne a otro futbolista: Leo Messi. Desgraciadamente, no es porque el rayista haya logrado parar y desequilibrar al argentino. Al parecer, en el saludo inicial, Raúl no tendió la mano al laureado delantero. Medios de Madrid y Barcelona no tardan en buscar la relación de su actitud con su estancia en La Masía y con su pasado perico. Días después, el mediocentro declara ante los medios que la situación es la contraria: es Messi quien no le saluda. “Hago el amago para darle la mano pero al ver que pasa, no sé si porque no se dio cuenta o por cualquier tontería, que tampoco le doy la más mínima importancia, es él quien no me la da. No le doy más vueltas”, declaró entonces. Sea como fuere la afición culé no perdona y cuando Baena pisa el Camp Nou es pitado por parte de los presentes, gesto que se repitió el último partido a pesar de no jugar, cuando el mediocentro salió a calentar. Su pasado perico sigue ahí y el partido de este viernes será muy especial para él, ya que tan solo acumula dos partidos con la franja contra sus ex, solamente jugó 90 minutos en uno de ellos. ¿Celebraría Baena un gol ante el equipo que le dio tanto?