Ambiente típico de las grandes citas. El Nou Estadi de Tarragona se preparó para recibir a un rival directo por el ascenso a la Liga BBVA: el Real Oviedo. Pese a no registrar el lleno, miles de aficionados no perdieron la ocasión de animar a su equipo en uno de los partidos más importantes de la temporada. Ambos conjuntos, igualados a 52 puntos al inicio del juego, ocupan la tercera y cuarta posición de la tabla. La previa del encuentro había estado marcada por la derrota del Alavés, que permitía acercarse a los dos protagonistas.

La presión de una final quedó reflejada en el terreno de juego tras el pitido inicial del árbitro. Tanto el equipo de Vicente Moreno como el de David Generelo no querían arriesgar con el balón. Así, el Nástic fue el primero en dar el paso en busca del gol. Con Emana y Naranjo encabezando el ataque, los locales llegaban con mucho peligro a la portería defendida por Miño. Sin embargo, un Real Oviedo muy replegado intentaba hacerse con el control del juego aprovechando las bandas. Aquí es donde el conjunto carbayón hizo daño a la defensa bermellona, con dos extremos como Hervías y Borja Valle buscando ocasiones desde las bandas.

Mucho por ganar y también mucho por perder, este era el guión que se dio durante todo el encuentro. Es cierto que el Nástic puso más de su parte para llevarse los tres puntos al contar con el factor afición. La ocasión más clara de la primera mitad la tendrían precisamente los locales, cuando Emana sólo frente a Miño mandó el balón alto. El Real Oviedo a raíz de esta acción, comenzó a mantener la posesión y ralentizar el juego, frenando las llegadas del equipo rojillo. También tendrían sus oportunidades los azules, pues por medio de Borja Valle primero, y Hervías después probaron suerte desde lejos. Ambas ocasiones no se darían entre los tres palos. El Oviedo se encomendaba a su máximo goleador, Toché, que en la jornada matinal no tendría demasiado protagonismo al no llegarle balones.

Los visitantes se encontraron en los últimos minutos de esta primera mitad con la mala suerte, pues el defensa central David Fernández caería lesionado viéndose obligado a abandonar el terreno de juego. Generelo movía ficha e introducía a Dani Bautista en su lugar puesto que en el banquillo oviedista no había defensas centrales. Con el Gimnástic aprovechando este cambio y buscando el gol y el Oviedo necesitando el descanso se llegaría al final del primer tiempo. El 0-0 quedaba reflejado en el marcador a pesar de las ocasiones peligrosas de los locales y las ocasiones tímidas de los visitantes. Se puede decir que el Real Oviedo intentaba pausar el encuentro con el control de la posesión y el Nástic intentaba adelantarse en el marcador sin conceder ocasiones peligrosas atrás.

Tras el descanso, se reanudaba el juego con el mismo guión de partido, aunque iría poco a poco cambiando en favor de los locales. Así era cómo el Nástic buscaba cada vez con más frecuencia y más peligro la ventaja en el marcador, aunque se topó en numerosas ocasiones con Rubén Miño, portero oviedista. Con la entrada de Aníbal, Vicente Moreno buscaba aprovechar las ocasiones y materializarlas en gol pero este no tuvo fortuna y desaprovechó una ocasión clara en el área al poco de entrar. Además, minutos más tarde, tendría de nuevo otra ocasión peligrosa en la que vio tarjeta amarilla por simular penalti.

No le salían las cosas al Nástic que tenía la pólvora mojada frente a su rival más directo. En el lado oviedista, las ocasiones no existieron en la segunda mitad, a excepción de un disparo lejano de Fernández. De más a menos iba el Oviedo que veía con buenos ojos el empate. Muy replegado en su campo, moviendo el balón de un lado a otro con mucha calma y buscando el contra-ataque de una manera más individual. La defensa local estuvo muy acertada cortando de raíz las pocas ocasiones azules.

El gol local estaba cerca cuando en una serie de ocasiones, Miño tuvo que hacer sus mejores paradas para mantener su portería a cero. Con la entrada de Juan Muñiz en los últimos minutos de partido, estas paradas fueron en aumento. Tras un saque de falta del recién entrado Muñiz, el portero oviedista estuvo fino de reflejos y desvió a córner un gol cantado por los aficionados catalanes. El Nástic moría en campo rival buscando los tres puntos. En el minuto 90’, Héctor Verdés dejaba a su equipo con diez a falta del descuento. Sin embargo, el Oviedo despejaba todo tipo de balón que pisase su área.

De esta manera finalizaba el encuentro que deja a ambos equipos como estaban, igualados a puntos. Lectura más positiva para los carbayones que ven cómo ganan el gol average a un rival directo y recortan un punto al ascenso directo -como el Nástic-. Todo lo contrario para los de Tarragona, pues pierden una ocasión de oro para adelantar posiciones en la tabla y colocarse a dos puntos del ascenso directo. Pese a ello, ambos se mostraron satisfechos con el reparto de puntos.

Un punto para cada escuadra que deja al Real Oviedo como tercer clasificado una jornada más, igualado a puntos con el Nástic que ocupa la cuarta posición. Ambos ven cómo se les acercan unos perseguidores que vuelven a estar a un punto de ellos, tras aventajarlos la pasada jornada a tres. La próxima jornada, los de Vicente Moreno visitarán al UE Llagostera mientras que los de David Generelo recibirán en el Carlos Tartiere al SD Huesca.