Nueva y dolorosa derrota del Real Zaragoza que suma su segundo partido consecutivo sin sumar puntos en su casillero. El tren del ascenso directo se aleja pero sigue a la vista de los blanquillos, que ya piensan en mejorar la imagen dada ante el Sporting en su próximo partido que les enfrentará al Real Betis. La mejora, eso sí, debe empezar por el planteamiento.

Planteamiento inicial

Sorprendente planteamiento el propuesto por Víctor Muñoz desde el inicio. Eldin, que hasta hoy había sido clave en los partidos y probablemente el jugador más influyente en el esquema y los movimientos del conjunto maño junto a Willian José, se vio relegado al banquillo. Su lugar lo ocuparía un Álamo que volvió a la titularidad y que mejoró su rendimiento respecto a sus últimos partidos, al menos en ataque, donde levantó más la cabeza y marcó un muy buen gol.

La jugada no le salió bien a Víctor Muñoz. La ausencia de Eldin en ataque, así como la de Mario en defensa y en el robo, se hizo notar especialmente en los ataques estáticos del Real Zaragoza. La descompensación del equipo se hizo evidente, quedando los cuatro atacantes prácticamente descolgados del resto del equipo, obligando a Galarreta y Dorca a buscarlos en largo por la falta de apoyos que ofrecían los hombres ofensivos.

El Sporting, consciente del posicionamiento del Real Zaragoza, dejó a Carlos Castro solo en ataque presionando a los centrales. Mientras tanto era Ndi el que se colocaba como estorbo para Galarreta y Dorca, sin necesidad de presionarlos, solo tapándoles la salida en vertical. Una salida vertical que el equipo no tuvo ya que la posición de la mediapunta, que en anteriores partidos había ocupado de excelente forma Eldin, quedaba deshabitada, ya que Willian José se veía obligado al dos contra uno frente a los dos mediocentros del Sporting, entre los cuales las recepciones se le hicieron imposibles al brasileño.

La falta de ideas fruto de los pocos movimientos se hizo evidente, y eso que en esta ocasión parece que los laterales blanquillos empezaron más activos en el apartado ofensivo que en otros partidos, colocándose a mayor altura para ofrecer apoyos.

Los movimientos del Sporting

No hay que quitar méritos al Sporting de su buen partido. El equipo local ganó el partido desde el planteamiento. Los laterales, especialmente Menéndez por la izquierda, se convirtieron en un incordio constante, aprovechando los largos pasillos que quedaban a la espalda de Álamo y de Jaime, horribles en defensa, especialmente el zurdo. El Sporting, sabiendo que su lateral zurdo es mucho más ofensivo, volcó sus ataques al flanco izquierdo, con los movimientos de Ndi hacia ese costado para juntarse con Jony y provocar el desajuste en la defensa maña. Por su parte Carlos Castro buscaba constantemente la espalda de un lento Rubén.

El Sporting explotó al máximo el recurso que supone un jugador con tanta movilidad como Ndi. El jugador local buscaba juntarse con Jony en la izquierda, era en ese momento cuando Vallejo también vasculaba para ayudar a un atropellado Fernández, provocando el desbarajuste defensivo. El espacio entre Vallejo y Rubén se abría de forma abismal, ofreciendo a Jony un pasillo para poner el balón y a Carlos Castro un espacio al que correr sin oposición. Un aspecto más en el que se notó la ausencia de Mario.

La reconstrucción sin Fernández

Se reestructuro el Real Zaragoza tras la injusta expulsión de José Fernández. Mantenerse cerrados para intentar salir a la contra pareció la idea clara de Víctor Muñoz con los cambios. El egoísmo de Jaime evitó que el Zaragoza consiguiera el gol del empate a dos en una contra que hubiera marcado el devenir del encuentro.

Con un bloque bajo y con las líneas juntas, Víctor preparó a tres jugadores para salir como balas buscando los contraataques que pudieran lanzar los maños desde atrás: Jaime, Pedro y Eldin. Mientras, Willian José se quedaba como referencia para intentar bajar algún balón y tocar de cara para irse a buscar el remate posteriormente. La presión del Sporting y el poco acierto de los jugadores zaragocistas hizo imposible que se hilaran buenas jugadas desde las filas visitantes, que vieron como la derrota terminó por consumarse con el tercer gol del Sporting.