La temporada pasada, Víctor Muñoz llegaba a Zaragoza por afecto al club y con la afición recordándole por la Supercopa y Copa del Rey, que conquistó con el Real Zaragoza en su anterior etapa en el banquillo maño. Llegó para sustituir a Paco Herrera, que lejos de conseguir un buen juego de posesión y toque, como prometía al comienzo de la temporada, había enlazado siete partidos seguidos de los que solo se salvaron tres empates. Tres puntos de 21: era necesario un cambio.
Y pese a su enemistad con el máximo mandatario del equipo blanquillo, Agapito Iglesias, contra el que ya había declarado no volver jamás al Zaragoza, mientras estuviera él, se vio obligado a aceptar el puesto como entrenador, al ver al equipo de su vida rondando el descenso a Segunda B y la desaparición.
Su primer partido como nuevo técnico zaragocista fue el 23 de marzo de 2014, teniendo lugar la jornada número 31, en el estadio de La Romareda y frente al Deportivo de La Coruña. Tras cuajar una buena primera mitad, a pesar de encajar un gol e irse al descanso perdiendo por cero goles a uno, durante la segunda parte el equipo dominó pero, sin embargo, no fue capaz de probar a Germán Lux en toda la segunda parte. De los 14 jugadores que participaron en aquel partido, actualmente solo quedan en el Real Zaragoza Diego Rico, Javi Álamo y Diego Suárez.
Tras ese encuentro, el Real Zaragoza de Víctor Muñoz se enfrentaría al Alavés en Mendizorroza, consiguiendo un empate a dos, gracias a los goles de Roger y Montañés. En este partido, el Alavés estrenaba entrenador, Alberto López. En resumen, otro partido en el que el Zaragoza no era capaz de imponerse con superioridad al rival ni de plasmar un buen juego sobre el campo. Iban ya nueve jornadas en las que el Zaragoza no conocía la victoria.
Tercer partido para la nueva era de Víctor Muñoz, en casa frente al primer clasificado de la Liga Adelante, el Éibar. Se trató de un partido muy equilibrado entre los dos equipos, en el que cualquiera podía haberse puesto por delante. Sin embargo, hasta el minuto 62 no se movería el marcador, gracias a un cabezazo del zaragocista Luis García. En los últimos minutos del encuentro, el Zaragoza siguió buscando el segundo, pero el marcador ya no se movería.
Tres partidos: cuatro puntos de nueve posibles. Tras estos tres partidos, el Zaragoza de Muñoz jugaría nueve más hasta finalizar la temporada, consiguiendo solamente 10 puntos de 27. Tras sortear el descenso a Segunda B durante muchas jornadas, el Zaragoza de Víctor Muñoz permanecería un año más en la Liga Adelante.
Llegada de Ranko Popovic
Tras anunciarse el despido de Víctor Muñoz como técnico zaragocista, el Real Zaragoza informaba en su página web el 24 de noviembre, que el técnico elegido para sentarse en el banquillo zaragocista era Ranko Popovic.
Ranko llegaba a la capital del Ebro sin muchos apoyos ni referencias de peso en sus puestos anteriores, dejando a la afición blanquilla bastante intranquila con un nuevo entrenador del que pocos habían oído hablar. Las referencias con las que llegaba Ranko a Zaragoza eran las de un entrenador al que le gustaba que sus equipos dominen la posesión y sean verticales.
Y le tocó estrenarse como entrenador del equipo maño, en casa, frente a la Ponferradina y con las bajas en defensa de Mario, Rubén y Vallejo. Durante el partido, el Zaragoza pasó por encima a la Ponferradina, cuajando un muy buen partido, goleando al equipo castellonense por cuatro goles a uno. Desde el primer momento se vieron las nuevas ideas traídas al equipo por Popovic: la libertad de jugadores habilidosos en la segunda línea de gol como Pedro y Eldin, el cambio de táctica a 4-4-2 cuando la Ponferradina intentaba salir para crear una presión mayor, el apoyo constante de los interiores a los laterales, el escalonamiento de los jugadores de medio campo para superar las líneas de presión del rival y el mayor protagonismo ofensivo de los laterales protagonizado por los desplazamientos de los interiores.
Una larga lista de ideas y estrategias, puestas en marcha por Popovic en un Real Zaragoza, menguado por las bajas, que pese a todo, supo volver a hacer vibrar a La Romareda una noche más. Durante la segunda parte, se vio sufrir un poco al Zaragoza en defensa, que sin duda será una de las asignaturas por mejorar de Ranko.
Para su segundo partido como zaragocista, Ranko sorprendió a prensa y afición al colocar a William José por una banda y a Pedro y Eldin entre el pivote y la doble punta, para dar un mayor apoyo a Galarreta. De nuevo con muchas bajas en defensa, a las bajas de Rubén, Mario y Vallejo se sumaba la de Cabrera y en el medio campo la de Dorca, el Albacete supo superar la presión zaragocista por la descolocación en el medio campo de Eldin y Pedro, abriendo huecos.
A su vez, el Albacete supo explotar la banda izquierda zaragocista, en la que se encontraban Willian José y Diogo, apoyados continuamente desde el centro por Rico. Durante la segunda parte, el Zaragoza supo recomponer un poco las líneas, dando entrada a Jaime y retrasando la posición de éste. Sin embargo, la endeblez defensiva maña y la expulsión de Jaime, hicieron que finalmente, el Zaragoza no pudiera quedarse con los tres puntos y acabara el partido con empate a dos goles.
Durante el tercero de sus partidos con el Zaragoza, el equipo maño recuperaba a Dorca y Cabrera, perdiendo a Jaime por sanción. El planteamiento del técnico serbio era el habitual del doble pivote con Galarreta, la línea de tres media puntas formada por Álamo en la derecha, Pedro en la izquierda y Eldin por el centro, y arriba Borja Bastón. Tras comenzar perdiendo el partido por un gol de Mata, el Real Zaragoza supo remontar el partido con goles de Borja y Eldin. A pesar de que todavía se vieron flaquezas en defensa y varias ocasiones para que el Girona empatara el partido, el Zaragoza consiguió una buena victoria.
El equipo zaragocista suma ya siete puntos de nueve posibles con Popovic al frente, forjando y asentando las nuevas ideas y tácticas que trae el técnico serbio al banquillo de La Romareda, para seguir dando alegrías y puntos a la afición zaragocista.