Víctor Muñoz dejó de sentarse en el banquillo del Real Zaragoza tras una racha de cuatro partidos seguidos sin ganar ante rivales, a priori, inferiores o accesibles, cosechando solamente un punto de doce posibles.
Veni
Fue entonces cuando llegó a la capital del Ebro, el técnico serbio: Ranko Popovic. Para casi toda la ciudad, un desconocido, para los que traía primeramente más dudas que soluciones.
Llegó con las premisas de un juego vertical, de posesión y con mayor libertad en el campo para sus jugadores. Hay que decir que no se lleva Popovic todo el mérito, el Real Zaragoza tenía antes de su llegada en su plantilla, un equipo con jugadores de mucha calidad, jugadores como: Pedro, Eldin, Mario, Borja, Jaime, Galarreta, Fernández...
Una afición y equipo que necesitaban un cambio, pedían oxígeno y apelaban por un nuevo líder que llevara a lo más alto al Real Zaragoza. Nuevos aires para el equipo o lo que es más del estilo aragonés: una acertada y convincente ráfaga de cierzo.
Vidi
Cinco días tuvo Ranko para ver, conocer y entrenar con sus jugadores y imprimir en ellos sus nuevas ideas de juego, tácticas, exigencias físicas y estrategias. Cinco días que fueron suficientes para que el equipo blanquillo supiera como jugar sobre el campo, cuál era el rol de cada jugador y cómo reaccionar ante cualquier imprevisto sobre el terreno de juego. Dentro de las nuevas filosofías de Popovic, algunas de ellas recuerdan al entrenador del Atlético de Madrid: el “Cholo” Simeone. Algunas de estas filosofías traídas por el nuevo técnico blanquillo, son: el dar más libertad a los jugadores sobre el terreno de juego, propiciar así una mayor creatividad en el campo, engrandecer la calidad de sus jugadores, asistirlos para aprovechar todo su potencial, darles una confianza absoluta y ciega para sacar su máximo rendimiento, plasmar sobre el entrenamiento un esfuerzo físico y una entrega muy alta, etc.
Muchas de estas cualidades o conocimientos de Ranko utilizados con el Real Zaragoza, han llevado al equipo a conseguir ocho puntos de doce posibles, lo que denota una muy buena actuación por parte del conjunto maño y su técnico. Algo que agrada muchísimo al publico de La Romareda y a la afición blanquilla en general: ver ganar a su equipo y con un juego elaborado.
Vici
Y finalmente, Ranko y sus hombres, vencieron. O lo que es más importante, todavía no han perdido. Ganaron de manera convincente a la Ponferradina en La Romareda por cuatro goles a uno, empataron a dos en Albacete tras un partido complicado tras quedarse con 10 a quince minutos del final. Ganaron dos a uno en La Romareda ante un equipo complicado como el Girona, remontando el partido. Y finalmente, los hombres de Ranko, rescataron un punto en Anduva ante el Mirandés, gracias a un arbitraje que perjudicó claramente al equipo maño y jugando de nuevo con un jugador menos los últimos diez minutos del encuentro.
La afición del Real Zaragoza vuelve a ver desde hacía mucho tiempo a su equipo desplegando un buen juego. Un equipo con carácter y las ideas claras. Un equipo que defiende, ataca mejor, regula sus posiciones si el partido lo requiere, juega bien a la contra, tiene la posesión, sabe como actuar en cada momento del partido... Un equipo que, tras analizar sus partidos, se puede observar como hay detrás una mente que organiza y dirige a la perfeción. Y en el caso de su primer partido: en cinco días.
Durante el mes aproximadamente que lleva Ranko en el banquillo zaragocista, ha sabido coger un equipo con mucha calidad y hacerles jugar, dominar y ganar haciendo volver a sonreír a la afición zaragocista. Dos victorias y dos empates, estos son los resultados que nos han Popovic y su equipo. Al más puro estilo de Julio Cesar: Ranko Popovic vino, vio y venció.