Siete goles en diez encuentros de Liga. Ese es el balance que presenta el Real Zaragoza a estas alturas de competición. Una media de 0.7 goles por encuentro que le hacen ser el conjunto menos goleado de todos los que conforman la Segunda División. Algo que puede parecer anecdótico en este mes de octubre, y puede que lo sea más aún cuando echemos la vista atrás cuando finalice la temporada 2015-16. Puede parecer anecdótico, así es, pero no deja de mostrar una realidad intangible: el Real Zaragoza de esta campaña busca hacer de la fortaleza defensiva su principal virtud.

Así lo ha dejado claro Ranko Popovic en alguna rueda de prensa de las muchas que ha dado a lo largo de lo que llevamos de temporada. La idea del técnico serbio del Real Zaragoza está clara: si el conjunto blanquillo quiere estar en la zona alta de competición, es imprescindible ser de los equipos, si no el que más, menos goleados de la categoría. Encajar pocos goles, establecer un sistema defensivo fiable y eficiente que convierta al Real Zaragoza en un equipo difícil de batir por cuantos se enfrentan al cuadro zaragocista.

No anda descaminado Popovic, al menos en cuanto al planteamiento teórico, atendiendo a las estadísticas que arrojan las últimas temporadas. Sin necesidad de irnos muy lejos en el tiempo, podemos encontrar que, como busca Popovic, esa escasez de goles en el casillero en contra asegura en el 100% de los casos el estar en esa zona noble de la clasificación al final de liga, y roza ese porcentaje si hablamos de ascenso a Primera División. Ejemplos como los del Elche en la temporada 2012-13 (27 goles encajados), el Eibar en la 2013-14 (28) o el del Sporting de Gijón (27) la pasada campaña suponen un modelo a seguir para el Real Zaragoza, en un año en el que el ascenso a la máxima categoría del fútbol español se antoja absolutamente imprescindible.

Se mueve el Real Zaragoza en esos números expuestos de las últimas tres temporadas. Elche, Eibar y Sporting de Gijón fueron, en sus respectivas campañas, equipos de Primera División al concluir la temporada. Y lo hicieron, en los tres casos siendo los equipos menos goleados de los 22 que forman la Liga Adelante. Y además, en los dos primeros, lo hicieron proclamándose campeones de liga al final de curso. El Real Zaragoza, como comentábamos en el inicio del texto, lleva una media de 0.7 goles recibidos por partido (10 goles en 13 encuentros), lo que, manteniendo esta dinámica durante los 29 partidos que restan de temporada, haría finalizar al conjunto dirigido por Ranko Popovic con 29 goles en contra.

Una estadística que, en caso de producirse, aseguraría casi con toda seguridad la presencia del Real Zaragoza entre la terna de ascendidos al final de temporada. Tal argumento parece haber convencido a Ranko Popovic, que ha variado el planteamiento ofrecido la pasada temporada, que apostaba por el futbol directo y daba más prioridad al aspecto ofensivo que esta temporada, hacia un fútbol en el que la primacía absoluta es la fortaleza defensiva.

Si la irregularidad fue uno de los mayores problemas que tuvo el Real Zaragoza la campaña 2014-15, en la que a pesar de la misma estuvo tan cerca de conseguir el ascenso a Primera, en ésta, especialmente en los últimos cinco partidos, parece haber encontrado la senda correcta hacia lo que debe ser un equipo candidato al ascenso por méritos propios. 11 puntos de los últimos 15 en juego son un balance muy positivo para un conjunto que la temporada pasada le costaba muy mucho encadenar dos victorias seguidas. Por todo esto, el Real Zaragoza parece, por fin tener un plan de vuelo. Una idea y una intención que los blanquillos han logrado interiorizar: ser un equipo fiable en defensa y rentabilizar al máximo los goles convertidos.