Es difícil o mejor dicho casi imposible cambiar una plantilla al completo en un solo verano, salvo dos jugadores, incluido el cuerpo técnico y que un equipo empiece a rendir de buenas a primeras como se espera de él. Es por eso que tanto José Miguel Campos como sus jugadores podrían estar pronunciando una y otra vez esa frase tan conocida de "Roman non uno die aedificata est". Para que nos entendamos: "Roma no se construyó en un día".

Y es que el objetivo está claro, no es otro que meterse en liguilla para intentar dar el salto de categoría. Pero los comienzos nunca son sencillos. De nuevo, volviendo a la era romana, podemos imaginar al técnico emeritense pronunciando aquella frase que en su lecho de muerte pronunció el que casualmente fue el fundador de la antigua Augusta Emérita (Mérida), César Augusto: "Encontré Roma como una ciudad de ladrillo y la dejé de mármol".

Esa es la misión de una plantilla y un cuerpo técnico que quieren hacer soñar a su incansable hinchada. El Mérida ahora mismo es totalmente de ladrillo. Las bases están muy bien puestas y acimentadas pero hay que empezar a construir sin prisas pero sin pausas, porque las jornadas pasan y el comienzo del campeonato se antoja complicado

En la primera jornada ante el Real Murcia se vieron varios aspectos positivos de ese ladrillo que poco a poco debe ir transformándose en mármol. De hecho es difícil preguntar a alguien por el Mérida y que te responda que no dio buenas sensaciones en La Nueva Condomina. Buenas sensaciónes aparte, lo cierto es que el Mérida cayó por dos goles a cero.

Los errores individuales y defensivos condenaron a un equipo que se sentía muy cómodo con el balón en los pies y que llevaba la iniciativa del partido. Un fallo del último central, en este caso de Paco Aguza, y una falta de contundencia tras un córner le costaron muy caros a  los de José Miguel Campos.

En ataque tampoco es que el Mérida diese mucha sensación de peligro. Esa sensación se producía sobre todo cuando tanto Miguel Marín como Dani Fernández se incorporaban al ataque, aunque pocos balones en buenas condiciones tuvieron en primer lugar Yacine Qasmi y en la segunda parte Hugo Díaz. Pardo daba libertad para que Borja y David Álvarez elaborasen pero de tres cuartos de campo para delante al Mérida le costaba.

Mucho trabajo por delante para un equipo llamado a ser una de las referencias del grupo IV pero al que le costará arrancar en la temporada hasta coger su mejor nivel. Además Campos tiene una amplia plantilla que le permite disponer de muchas alternativas como es un doble pivote en el centro del campo o un solo pivote con dos interiores por dentro alternando, dependiendo de lo que pida el partido también el equipo puede jugar con uno o dos puntas.

Se puede decir que el Mérida es ahora "Una plantilla hecha a la que le queda mucho por hacer". Sin ir más lejos, tras la primera jornada el Mérida sigue fichando y el último en llegar ha sido el centrocampista Antonio Romero que llega procedente del Sevilla Atlético con el que consiguió el ascenso y que tratará, con el resto de sus compañeros, volver a conseguirlo. 

Para llegar a conseguir un Mérida de mármol queda mucho por hacer, pero poco a poco, jornada a jornada, el Mérida debe ir pareciéndose a aquel mármol que César Augusto con tanto trabajo y sacrificio logró crear para hacer de Roma ciudad próspera, monumental e histórica.