¿Qué es la belleza? ¿Se puede medir? ¿Se puede sentir? La belleza tiene una percepción bastante dependiente, todo radica según con el ojo con el que se mire, con la mente con la que se piense, pero su existencia queda patente por todo lo que rodea al ser humano. Una persona puede ser bella, un edificio, una canción, una flor, una ciudad, todo puede llegar a tomar esa dimensión si entra dentro del canon personal de cada individuo, aunque hay cuestiones que se escapan de forma fugaz de esas pretensiones para romper con todo. Esto sucede cuando se observa una belleza nueva, pura, totalmente desconocida hasta el momento, una belleza que puede llevar a muchos a frotarse los ojos y pellizcarse para saber si lo que está viendo coincide con la realidad.

Cuando Leo Messi terminó de explotar todo el potencial que poseía en sus piernas y en su cabeza, el mundo sintió en sus propias carnes lo que era la belleza hecha fútbol. El gran público había visto y disfrutado a Zidane, Ronaldinho, Ronaldo, Figo, Maradona, Cruyff, Beckenbauer o Di Stefano, pero la manera de desarrollar fútbol del mejor Messi es capaz de hacer olvidar cualquier estilo, cualquier perfil visto con anterioridad. Messi trata la pelota como un cóctel espectacular de clase, técnica y velocidad Esas arrancadas, esa manera de tratar la pelota como un cóctel espectacular de clase, técnica y velocidad, ese golpeó tan preciso como sencillamente bonito y esa capacidad goleadora de killer en estado puro desempolvaron de nuevo ciertos debates que parecían estar algo que enterrados. 

Todo lo visto hasta entonces recogía síntomas de estar un paso por detrás de todo lo que destilaba el argentino, Messi nos mostraba una pureza en su fútbol que destrozaba récords y cualquier tipo de belleza futbolística pasada. Esa manera de jugar y hacer jugar lo ha llevado hasta lo más alto, algo que vino acompañado de títulos y con una dictadura que perduran hasta la actualidad. Esa rapidez con la que Leo derribo muros y cosechó galardones también le han pasado factura, y es que la exigencia con la vive, la presión que experimenta también mostraron la otra cara de la moneda, la más alejada de toda esa aura de futbolista emperador.

Un aspecto que quizás coloque a Messi en un escalón diferente al resto es que su forma de ver el fútbol no encaja con lo que es el deporte moderno. El argentino se mueve sobre el césped con la misma naturalidad de una hoja que cae del árbol Los deportistas del siglo XXI poseen unas características físicas imponentes, capaces de decantar la balanza a su favor gracias a esa ventaja importantísima, pero el argentino va por otro camino. Evidentemente, Leo posee un tren inferior potentísimo, pero es la naturalidad de su fútbol lo que lo hace único. El astro argentino se mueve sobre un terreno de juego de forma natural, como una hoja que cae en pleno otoño o como el romper de una ola contra la costa.

Por eso se podría decir que Messi es un atrasado a su tiempo pero en el buen sentido de la palabra, su futbol rebosa el arte y la fisionomía de un deportista nacido por y para el deporte rey. Lejos de los grandes focos de discusión, no todos tienen claro quién es el mejor jugador de la historia del fútbol, pero lo que sí es cierto es que Leo ha sido capaz de dominar con mano de hierro el Mundo demostrando unas cualidades sobrehumanas.

Messi es belleza, Messi es fútbol en su estado más puro, porque el rosarino juega por simple instinto, como el primer hombre sobre la tierra que agarró un objeto redondo en el suelo para darle patadas sin saber qué hacía realmente, mucho antes de que eso acabara siendo conocido como fútbol.

¿Realmente se le puede parar?

Uno de los grandes artífices de que Leo Messi sea el futbolista que conocemos hoy es Pep Guardiola. El catalán llevó al canterano a su mejor nivel, y también dejó una pista sobre la mesa para saber si se le puede parar de alguna forma. Aquella mítica frase de “el talento no se puede parar” ya ha quedado grabada para muchos; Guardiola dio en el clavo y enterró a su equipo un día antes de unas semifinales de Champions donde Messi volvería a sacarse un conejo de la chistera, donde Messi, aunque parezca mentira, volvió a conseguir que muchos se echaran las manos a la cabeza y se sorprendieran.

La UD Las Palmas puede intentarlo de muchas maneras, pero la realidad es que pocos han sido los elegidos que han conseguido frenar al que puede ser el próximo Balón de Oro. “El talento no se puede parar”, Pep Guardiola Lo normal es que Messi destroce la defensa amarilla con una diagonal muy típica, sorteando defensas sin descansar o dando ese último pase para que un compañero remate la jugada; aún así, más que pararlo, lo que la Las Palmas debe plantearse es minimizar sus actitudes. Lo ideal y lo primordial es colocar un buen sistema defensivo que sea solidario, con ayudas y que esté dispuesto a sacrificarse para sacar adelante una afrenta que puede ser demasiado complicada para un equipo recientemente ascendido.