Justicia futbolística

Una primera parte dubitativa de la UD y un fallo garrafal de Varas le había dado al Valencia la comodidad de estar por delante, con el control del choque. No obstante, tras el descanso los hombres de Setién salieron en tromba a por el choque, con Tana, Viera y Willian José desplegando su mejor fútbol. De esa manera, y con dos golpes de suerte, Las Palmas hizo bueno su estilo y el fútbol, que en unas ocasiones te da y en otras te quita.

Justicia futbolística
LFP
cristianyill7
Por Cristian Gil

Con el sol imponiendo su ley sobre el verde del Gran Canaria, la UD Las Palmas salió con muchas ganas a por un Valencia que estaba sufriendo en los primeros compases. No obstante, aunque los amarillos dominaban casi desde el saque de centro, un error garrafal de Varas en un intento de pase llevó a Rodrigo a poner el primer tanto del partido en apenas dos minutos. Varas falló y Las Palmas caía demasiado pronto El conjunto che aprovechaba un mayúsculo imprevisto para ponerse por delante. Eso obligaba a los insulares a responder cuanto antes para no quedarse con la cara de tonto que mantenían tras el gol valencianista. Los de Setién intentaron enfatizar sus ataques, pero faltaba cordura.

Poco a poco, la UD fue manteniendo la posesión y Willian José fue el primero en probar a Alves con un disparo seco que el guardameta mandó a córner. Los minutos pasaban y los amarillos seguían intentando acercarse a la portería contraria, pero sin demasiada incidencia. El dominio de la pelota era netamente local, aunque la defensa del Valencia se mantenía bien unida para no dejar espacios arriba. El gol de Rodrigo había hecho que la mentalidad de Las Palmas estuviese un tanto noqueada por momentos, precipitada quizás.

Apatía generalizada en una UD encallada

Las Palmas no estaba cómoda y se notaba. Los de Setién quería crear y buscar a sus hombres de fútbol, pero el Valencia apretaba mucho y eso desplegaba el juego hacia las bandas. Además, los valencianistas habían conseguido llegar arriba, probar a los defensas amarillos y darles un poco de problemas. Esa presión de los hombres de Ayestarán era clave para entender que los grancanarios no estuviesen desarrollando su mejor fútbol.

Otro fallo de la zaga isleña provocó que Rodrigo encontrara algo de espacio para atacar a Aythami, el hispano-brasileño realizó varias bicicletas e intentó superar al de Argüineguín aunque terminó mandando un centro flojo que se paseó por delante de la portería de Varas. Había razones para no estar contento con una UD a la que parecía haberle sentado mal el parón de Semana Santa, básicamente porque parecía maniatada y fuera de sitio.

Poco sufrimiento che y penalti

El asedio de Las Palmas comenzó de nuevo, pero faltaba chispa y algo de acierto. Los amarillos se asomaban por el área de Alves sin llegar a disparar a puerta, aunque ya se habían quitado de encima al Valencia. Las Palmas no estaba en su zona de confort Un rifirrafe entre Willian y Barragán trajo consigo las primeras amarillas del encuentro, algo demostraba que los insulares no estaban, para nada, en su zona de confort. De esa manera, el conjunto che estaba controlando todo lo que pasaba sobre el césped porque no estaba sufriendo demasiado.

Una jugada comprometida en el área del Valencia llevó al Estadio de Gran Canaria a estallar contra Pérez Montero. Mustafi derribó a Willian en un penalti que no fue y el colegiado no señaló, consiguiendo que los aficionados empezaran a enseñar papeles blancos en la grada. La presión del Valencia continuaba haciendo daño y Las Palmas tenía que sudar la gota gorda.

Tiempo muerto necesario para ambos

El final de la primera parte fue llegando como un tiempo muerto al más puros estilo baloncestístico. Ambos conjuntos daban por buenos el descanso debido a que el Valencia sabía que había dado un paso muy importante de cuarenta y cinco minutos para llevarse el triunfo y Las Palmas necesitaba una charla con Setién para arreglar errores. Los amarillos se habían visto implicados en una serie de fallos que le estaban obligando a ceder, sobre todo, porque había ciertos jugadores que no estaban teniendo el día. 

Un penalti que valía dinero

Todo se reanudaba de nuevo con un nuevo pitido inicial y Las Palmas iba a sacar petróleo de una acción en el área de Alves en la que parecía que poco o nada podía pasar. Un centro al corazón de la grande llegó a los pies de un Tana que fue derribado por Javi Fuego para que Pérez Montero señalase penalti. Viera tiró el penalti mal, pero Alves no supo atajarlo Viera, que había fallado aquella pena máxima en Anoeta, cogió el balón con personalidad y quiso tirarlo, terminando por empatar el partido aunque Alves cantó un poco y no evitó que el balón acabase dentro de la portería.

Empezaba, otra vez, un partido nuevo. Las Palmas había conseguido quitarse de encima el peso del aquel gol con el encuentro recién iniciado. Eso hizo que los amarillos se vinieran arriba de una manera que hasta encadenó tres disparos consecutivos, dos que se estrellaron en Diego Alves y otro que despejó la defensa. Había un ambiente bastante distinto y los grancanarios empezaron a encontrar comodidad.

Un golpe de suerte y de ahí al despegue

Viera y Tana empezaron a encontrarse, a buscarse y a encontrar espacios. Las Palmas iba haciendo su fútbol Alves ya había salvado más de una. Ese asedio trajo consigo una de las jugadas más absurdas de la temporada y que, seguramente, ejemplifican la temporada del Valencia. Un centro de Momo lo intentó despejar Santos, pero con tanta mala suerte que ese balón se estrelló en Mustafi y acabó dentro de la portería de Alves.

A partir de ahí, con el público metido en el partido, Las Palmas se vino arriba y encadenó los mejores minutos del encuentro. Los de arriba estaban en estado de gracia y Alves tenía que achicar agua de una forma que dejaba claro que el Valencia estaba totalmente grogui. Eso les obligó a forzar la maquinaria para endurecerse atrás y empezar a defender con un poco más de intensidad, algo que enfadó a los jugadores grancanarios.

Viera sin gasolina y el Valencia apura

Sin embargo, a pesar de todas las buenas noticias que esta segunda mitad estaba trayendo consigo, Jonathan Viera ya no podía más y tenía que ser sustituido. Unos dolores en una de sus piernas daba entrada a un Araujo que poco después iba a tener un mano a mano con Alves que el brasileño sacó gracias a que el argentino no estuvo demasiado listo. Un mal despeje le daba razón a Setién y a Las Palmas con el estilo innegociable A pesar de ello, Las Palmas continuaba con su buena dinámica, gracias en gran parte a un partido tremendo de un Willian José al que sólo le faltaba un gol para redondear su choque.

Con la entrada de Negredo, Ayestarán tiraba la casa por la ventana en busca del empate porque, básicamente, no le quedaba otra. Apretaron los che, necesitaban un gol para no irse demasiado de vacío de la isla, aunque la realidad era que no se habían merecido demasiado y que se habían encontrado con un gol de regalo. Las Palmas ya buscaba aguantar y salir a la contra, algo que el Valencia aprovechaba para irse en busca de un milagro que arreglara un asunto que se había puesto demasiado feo para lo que se había visto. 

Justicia divina en el Gran Canaria

Se avecinaba un final tremendo, un final de esos en los que Las Palmas iba a tener que aguantar. El Valencia tiró de todo lo que tenía para intentar la igualada, pero no iba a conseguirlo. De hecho, Araujo tuvo una oportunidad más para ampliar el marcador una pizca, pero el argentino sigue demostrando que está un poco por detrás de sus compañeros. Los de Setién hicieron un final de partido en el que sufrieron un poco, pero el Valencia se encontraba impotente, sin chispa y con demasiados problemas. El gol de Rodrigo no hacía justicia al fútbol visto en el Gran Canaria, aunque al final la justicia divina se hizo patente en forma de balón mal despejado y de penalti mal atajado, porque en la segunda mitad Las Palmas quiso más, puso más juego y hambre. El fútbol es así, a veces.