La vida deportiva de un entrenador está plagada de dudas. Un técnico, bien sea de fútbol, baloncesto o cualquiera sea el deporte, se enfrenta cada día a numerosas decisiones de cuyo acierto o desacierto depende el devenir del equipo. Al igual que Shakespeare, en su famoso monólogo, se planteara si “ser o no ser”, Quique Setién halla ante sí un dilema difícil de solventar: Sergio Araujo o Marko Livaja, ¿quién liderará la punta del ataque amarillo?

El delantero croata llegó a la disciplina grancanario durante el pasado verano, inmerso el equipo insular en plena reestructuración de la plantilla; se mantuvo el eje vertebrador del esquema pero se retocaron varias posiciones. Una de ellas fue la delantera, debido a la marcha del atacante que había causado furor entre el graderío: Willian José. Las dudas asolaron el panorama en las oficinas de Pío XII, pero las negociaciones por el exjugador del Inter de Milán fructificaron y se incorporó al grupo.

Por otro lado, Sergio Araujo parecía haber superado sus problemas extradeportivos del pasado curso. El argentino se presentó a la revisión médica pertinente de principios de pretemporada en un aparente perfecto estado de forma. Dieta alimenticia y ejercicio físico durante el periodo estival permitieron que el cuerpo técnico de Las Palmas valorara su actitud, acorde con el plan de trabajo que le habían preparado para el verano. En ese momento, durante el primer entrenamiento en el que Livaja y Araujo coincidieron sobre el verde, dio inicio una pugna deportiva por la titularidad. 

Tanto monta, monta tanto, ¿Araujo como Livaja?

El esquema que propugna Quique Setién no da cabida a dos delanteros natos. El 4-2-3-1 que acostumbra a utilizar el entrenador santanderino y sus ayudantes deja lugar para un ariete, secundado en tres cuartos de cancha por una línea de tres (Boateng, Viera y El Zhar en el once tipo). Por detrás, Vicente Gómez y Roque Mesa llevan los mandos en la sala de máquinas, haciendo que circule la posesión y que la sangre tome cuerpo de balón. Han sido contadas las ocasiones en que argentino y croata han coincidido sobre el campo, siempre durante la segunda parte y tras cambios efectuados por Setién.

El primer partido de Liga en Mestalla fue la prueba de una buena complementación entre ambos. Livaja jugó de inicio y venció en la primera batalla por la titularidad, si bien fue Araujo el que desniveló el choque tras entrar al campo. El sudamericano sustituyó a Viera, incombustible pero hastiado como consecuencia de la presión que el Valencia ejerció sobre su rol en el campo. Así pues, la frescura de “El chino” fue un factor diferencial, contribuyendo a hilvanar el contragolpe, asociándose a las mil maravillas con su compañero en ataque y apuntillando el duelo. 

La insistencia argentina, aliento de grupo

Sergio Araujo cumple este curso su tercera temporada como jugador amarillo; es más, ha sido una de las referencias y futbolistas franquicia durante su etapa en el club insular. En su primera campaña militó en Segunda División, pero poco tardó en cumplir y superar sus propios sueños para convertirse en el máximo artillero de la Unión Deportiva y uno de los mayores realizadores de la categoría de plata. Su participación fue decisiva en el playoff de ascenso, tanto en la semifinal (marcó un tanto ante el Valladolid) como en la final, logrando el histórico gol frente al Zaragoza.

El regreso de Las Palmas a la élite del fútbol español causó sensación en Gran Canaria. El equipo se revalorizó y sus ideas podrían llegar más lejos. Sin embargo, acostumbrarse a la exigencia de la división de oro no fue sencillo. El atacante de Neuquén estaba destinado a ser, de nuevo, estandarte del conjunto pío pío, pero una de los grandes pesares del deporte azotó con fuerza sobre su figura: las altas expectativas. La presión que sentía se volvió una losa que le atosigó e impidió crecer gradualmente.

Tras un año complicado, y habiendo superado altercados extradeportivos, Araujo volvía este curso con ganas de hacerse valer como jugador de Primera División. Su juego evocaba la esencia del principio, la misma que le hacía luchar por cada balón como si fuera el último. El cuerpo técnico, comandado por Setién, tenía fe en ver de nuevo al delantero que había encandilado a toda una isla. La competencia no era poca, pero la ilusión volvió a ser la del principio.

En la presente campaña ha disputado seis partidos, de los cuales uno ha sido como titular y cinco como suplente, repartidos en 184 minutos. Sus guarismos personales se resumen en 184 minutos, dos cartulinas amarillas y dos goles (ante Granada y Real Madrid). A sus 24 años, Araujo no se pone límite, si bien el mayor obstáculo que hasta ahora ha encontrado a su paso ha sido su propio carácter indisciplinado, raíz de numerosos problemas a lo largo de su trayectoria. 

Araujo celebra el tanto del empate en el último duelo ante el Real Madrid | Fotografía: Laura Santana / VAVEL
Araujo celebra el tanto del empate en el último duelo ante el Real Madrid | Fotografía: Laura Santana / VAVEL

La eficacia croata, un peligro continuo

Marko Livaja aterrizó en Gran Canaria el pasado verano como la alternativa, en mayúsculas. El rol que desempeñaría desde el inicio sería el de forjar la confianza del entrenador a ritmo de goles y de buenas sensaciones. Muchos fueron los focos que le alumbraron durante la pretemporada, cuando acababa de llegar procedente del Rubin Kazan. Su adaptación se podía prever compleja, debido a las notables diferencias entre el fútbol ruso y el español, amén de las condiciones climatológicas que presentan ambos países.

Como bien es sabido, un futbolista debe tener capacidad camaleónica para adaptarse al espacio donde tenga que desempeñar sus aptitudes como profesional. 23 años en la maleta y un pasado en el balompié internacional que esperanzaban a la afición amarilla. Se especuló a su alrededor que había mantenido problemas de comportamiento en sus antiguas escuadras, pero una vez llegó al archipiélago canario solo quedaba vestirse de corto para dejar atrás las huellas de tiempos pretéritos.

En la presente temporada ha jugado seis partidos, de los cuales todos han sido como titular. Su actuación en Las Palmas se resume en 487 minutos, dos goles y cuatro amarillas, habiéndose convertido de esta manera en uno de los activos con mayor carga de tarjetas en el conjunto canario. Su pugna con Araujo por el cetro de la titularidad tendrá un nuevo capítulo el próximo viernes, cuando Setién tenga que decantarse por uno de ellos para tratar de perforar la red del Espanyol, que visitará el Estadio de Gran Canaria con afán de impedirlo.