Tras los test de pretemporada, todo el mundo apostaba por Tito Rabat como favorito indiscutible para hacerse con el trofeo de campeón de Moto 2. Las primeras carreras del año parecían corroborar esas apuestas, pero en las dos últimas carreras esa superioridad ya no es tan manifiesta, y al español le va a tocar trabajar más de lo esperado.
Desde que aterrizó en suelo galo, el corredor ha realizado unos tiempos y sesiones acordes a su nivel y a lo que se espera de él. Comenzó liderando la FP1, y durante el resto de sesiones libres y la clasificatoria se mantuvo en los primeros puesto: "El fin de semana estaba yendo muy bien hasta la carrera. Desde la FP1 tenía buen ritmo y el equipo hizo un buen trabajo". No obstante, no empezó tan bien la carrera, y tuvo que ir remontando poco a poco hasta conseguir finalizar en ese tercer puesto: "No he realizado una buena salida y muchos pilotos me han adelantado. He tratado de apretar pero no era posible adelantar, incluso con mi habitual estilo de pilotaje fluido. Al final he tratado de alcanzar a Corsi, pero cometí un error en la curva cuatro y me fui demasiado largo, y eso me impidió conseguir la segunda plaza".
A pesar de haber quedado por detrás de Kallio, el piloto se mantiene líder de la categoría, con siete puntos de diferencia sobre su compañero de escudería. Ahora, tiene quince días para mejorar todo lo que pueda antes de la próxima carrera en Mugello, donde puede aumentar esa distancia en la clasificación o, por el contrario, el campeonato puede quedar todavía más ajustado y emocionante. Lo que está claro es que Rabat no se quedará de brazos cruzados ante la situación: "Estoy contento porque esta es la primera vez que he terminado en Le Mans después de muchos años, pero tenemos trabajo que hacer porque Mika ha hecho dos grandes carreras y está muy fuerte".