Johann Zarco llegó a Qatar dispuesto a corroborar la buena pretemporada que ha realizado durante estos meses. El piloto ha ido demostrando vuelta tras vuelta que su relación con Ajo Motorsport, a pesar de tener poco tiempo, había sido un enorme acierto. Durante los test de Qatar y Jerez, el francés ha protagonizado una de las mejores pugnas por marcar territorio con el inglés Sam Lowes, quién no pudo acabar la carrera al tocar suelo tras completar las primeras vueltas en el Circuito Internacional de Losail.
Zarco ya sabía lo que era tocar el cielo con la punta de los dedos para acabar sin nada. Eran cuatro los segundos que le separaban del piloto más cercano, el piloto alemán Jonas Folger, cuando la moto empezó a reducir velocidad. El causante era el selector de la moto, una pequeña pieza se había roto y no se le podía hacer nada. Al llegar al box, el piloto estaba sereno y atendió tranquilo a los medios. Ante la cámara de Eurosport explicó que a pesar de la mala suerte, se quedaba con lo positivo y que estaba motivado para el siguiente gran premio porque sabía que había sido el mejor de la carrera y que la hubiese ganado. El piloto se fue esa noche con una buena sensación a pesar de todo.
Johann Zarco no tiene ningún reproche hacia sus técnicos. Sabe que lo verificaron todo y él mismo había hecho un último repaso de la moto para asegurarse de que estuviese todo en su sitio. Así era, no fue un error por no estar bien atornillado o bien sujeto. Fue algo imposible de prever, parece ser que el problema lo causó un pequeño tornillo del selector que se rompió.
El nombre del francés es uno de los que suenan para alzarse con el campeonato a finales de temporada. Él tuvo la mala suerte de no poder ganar, pero sus principales rivales, el vigente campeón Tito Rabat y el inglés Sam Lowes, ni siquiera pudieron acabar la carrera, por eso los puntos que logró salvar con su octavo puesto pueden suponer la gran victoria en unos meses.