La trayectoria de Michael Van der Mark en el Mundial de Superbikes está siendo prácticamente inamculada. Desde sus inicios en la categoría de Superstock 600, el piloto tulipán demostró que tenía ese talento que diferencia a un piloto de un auténtico campeón. Apenas tardó en avisar de su potencial cuando se proclamó campeón del Mundo de Superstock 600, lo que le valió para hacerse un hueco en el Mundial de Supersport, la antesala a Superbikes, pero también al Mundial de Moto2, ya que las motos de Supersport son parecidas a las Moto2, especialmente en la cilindrada, 600 centímetros cúbicos.
Van der Mark siempre ha sido fiel a unos colores, los del Pata Honda World Superbike. En Superstock 600 lo hizo con el Junior Team de esta formación, y ya en Supersport luce los colores del Ten Kate de forma absoluta. La pasada temporada sólo fue superado por la lucha de dos que vivió este campeonato entre el turco Kenan Sofouglou y el británico Sam Lowes, que a la postre se proclamó campeón, y que esta temporada ha dado el salto a Moto2, donde poco a poco está haciéndose un hueco entre los mejores.
Su año, 2014
Con su rival fuera de Supersport, y un Sofouglou venido a menos, Van der Mark se ha erigido en 2014 como el dueño y señor del Mundial de Supersport. En la antesala de la próxima cita mundialista, que tendrá lugar en el trazado gaditano de Jerez, Van der Mark aventaja en 53 puntos a su más inmediato perseguidor, el francés Jules Cluzel. Al ser el formato de Supersport diferente al de Superbikes, ya que no se corren dos carreras por Gran Premio, sino sólo una, la ventaja del holandés es prácticamente insalvable para el resto de sus perseguidores.
De esta forma, los interrogantes que rodean la mente de Van der Mark están orientados en su totalidad a saber qué hará el año que viene. De sobra es conocido en el paddock que tiene ofertas para dar el salto a Superbikes, tanto en el equipo Honda Ten Kate en el que actualmente militan Jonathan Rea y Leon Haslam, como en otras formaciones. Sin embargo, las buenas maneras del piloto holandés tampoco están pasando desapercibidas en MotoGP, por lo que no sería de extrañar que el nombre de Van der Mark figurase en la quiniela de algún equipo de Moto2.
Sea cual sea su futuro, lo que está claro es que Van der Mark ha experimentado una madurez como piloto encomiable. Si tenemos en cuenta su juventud, 21 años, tiene un porvenir muy prometedor por delante. Conviene no perder de vista a este piloto, ya que la próxima temporada dará el salto a la élite del motociclismo, y su nombre empezará a figurar en la mente de muchos aficionados.