Las pérdidas de balón condenaron a Buccaneers en su propia casa y la defensa de Minnesota hizo el resto para llevarse el partido en tiempo extra, gracias a la anotación de Anthony Barr. El reloj parecía condenar a Vikings en el último cuarto, aunque la última serie ofensiva comandada por Teddy Bridgewater culminó con la igualdad que forzó la prórroga.
Tras una primera mitad errática y aburrida, donde solo hay que mencionar una captura a Bridgewater y un gol de campo de Blair Walsh, la segunda parte del encuentro tuvo los mejores tramos. El joven mariscal de Vikings encontró a Greg Jennings con un pase bombeado de 17 yardas para el touchdown inicial. Así, llegaron al último cuarto 10-0, demasiado confiados del parcial.
Los números de Tampa Bay no eran alentadores y, hasta el momento, no habían ganado en casa. Los goles de campo de Patrick Murray presagiaron lo impensado y Buccaneers se acercó 6-10, tras algunos encuentros interesantes entre Mike Glennon y Mike Evans. Cuando faltaban pocos minutos, el dramatismo se apoderó del terreno: tras otra combinación entre el mariscal “bucanero” y su receptor, las cadenas le permitieron respirar y continuar su avance.
Austin Seferian-Jenkins atrapó un pase de 7 yardas de su mariscal y dio vuelta el pleito con 2:07 por jugar. El marcador reflejaba el parcial 13-10 favorable a Bucc’s, pero una serie ofensiva fugaz y efectiva, basada en ataques en serie, le extendió la vida a Minnesota. Bridgewater comandó 9 jugadas y con el gol de campo de Blair Walsh, de 37 yardas, igualó el partido.
La defensiva visitante se encargaría de llevarse los laureles, luego de un balón suelto forzado por Anthony Barr en la primera jugada del suplementario. Su devolución de 27 yardas definió el duro compromiso a favor de Minnesota.