El pasado domingo el mejor récord de la NFL, Arizona Cardinals, recibía a los St. Louis Rams en un importante partido divisional. Ambos conjuntos llegaban con sendas victorias en la jornada anterior y con la moral por las nubes: los Cardinals vencieron en Dallas; y los Rams se llevaron el triunfo en la última jugada en San Francisco, otro partido divisional.
El choque comenzó como se esperaba, con las defensas imponentes de ambos conjuntos manejando el partido y permitiendo anotar un solo touchdown en el primer cuarto para los Rams. Se hubo de esperar hasta el comienzo del segundo periodo para ver el primer touchdown de Arizona, que igualaba el partido. Antes de llegar al descanso, los Rams se volvieron a adelantar al contrarrestar un field goal de Arizona con el touchdown de 59 yardas de J.Cook.
Tras el descanso, las defensas siguieron siendo dueñas del juego y consiguieron una intercepción por parte de St. Louis, pero sin materializarla en puntos. Y cómo se suele decir "las defensas también ganan partidos" y esto quedó demostrado en el último cuarto. Los Cardinals tuvieron que hacer frente a la lesión de su QB Carson Palmer al comienzo de este, pero su sustituto Drew Stanton no se amedrentó y en su primera secuencia ofensiva anotó un touchdown de 48 yardas con Jo.Brown. Y a partir de ahí empezó el show de la defensa de Arizona: primero con una intercepción de P. Peterson retornada para touchdown, y después tras forzar un fumble y retornarlo de nuevo para touchdown y poner en el marcador el definitivo 14-31.
De esta manera, los Cardinals (8-1) mantienen el liderato de la NFC Oeste y el mejor récord de la liga antes de recibir en casa a los Detroit Lions el próximo domingo. Por su parte, el conjunto de los Rams (3-6) recibirá en la siguiente jornada a los Broncos de Peyton Manning, otro hueso duro de roer.