20-3 reflejaba el electrónico anoche en el Levi's Stadium y aunque es un resultado abultado la sensación es que podía haber sido mucho mayor por lo visto anoche en el estadio de los 49ers. Los Seahawks dejaron el partido sentenciado en el descanso con un 17-0 y unos niners que en la mayoría de sus jugadas no conseguian yardas o incluso las perdían.
Todo esto tuvo un factor determinante: la defensa de los visitantes que volvió a recordad a la defensa de antaño de los Seahawks, es decir, una defensa con una gran línea y que imprimía muchísima presión al QB rival y haciendo que lanzará el balón fuera o provocando errores. Además la secundaria cubría de manera excepcional a los receptores. Otro de los puntos en los que volvió a destacar los del estado de Washigton fue en la carrera donde acumularon 174 yardas incluidas 122 de Marshawn Lynch lo que supone una gran mejora con respecto a la semana pasada contra los Carolina Panthers dónde solo consiguió 54 yardas.
En lo que respecta a los 49ers las redes sociales de los aficionados de los de la Bahía se inundaron de críticas, lamentos y reproches sobre todo a su ataque. La OL se desmoronaba ante cada jugada de jugada defensiva de los visitantes, a decir verdad no era la mejor plaza para los de San Francisco ya que la defensa de los Seahawks es un hueso duro de roer casi para cualquier equipo. Lo único positivo para los locales fueron las dos intercepciones y los cinco sacks a Russel Wilson que demuestran que esta defensa tiene un buen potencial pero que debe mostrar más regularidad.
En resumen, un partido que deja a los Seahawks con un estado de ánimo muy mejorado y recuperando sensaciones y a los 49ers con la percepción de que su reconstrucción va a ser larga.