La Super Bowl XLVIII fue una noche de pesadilla para los aficionados de los Broncos en un partido que todos los seguidores de los de las Rocosas querrán olvidar en estas semanas próximas a la Super Bowl número 50 por aquello de olvidar fantasmas del pasado.

Aquella final se disputó el 2 de febrero de 2014 en el MetLife Stadium de East Rutherford, Nueva Jersey y el debate alrededor del partido: el tiempo que aquella noche iba a darse en el estadio y sobre si se impondría la mejor defensa (Seahawks) o el mejor ataque (Broncos). El primer debate se creo desde la elección de la zona de Nueva Jersey, ya que sería la primera Super Bowl que se celebrara en una ciudad fría en invierno y en un estadio descubierto. Se especuló con la posibilidad de una nevada importante durante el partido. Al final el tiempo se comportó y la temperatura osciló en torno a los 10º.

El segundo debate se dio por la espectacular temporada que dieron ambos equipos en las facetas. No solo fueron los mejores de la liga en estos aspectos sino es que además no tuvieron rivales. La temporada de Manning es para muchos la mejor temporada de un QB desde el curso 1984 de Dan Marino. Manning superó el récord de yardas de pases de Drew Brees y el récord de pases de touchdown de 50 pases de su amigo y rival Tom Brady.

Por su parte los Seahawks llegaban con la media de puntos más bajas de la historia, 14 puntos, en la era moderna y con una secundaria de auténtico lujo con Chancellor, Earl Thomas, Sherman y Maxwell. Los tres primero elegidos en los All Pro. Además en ataque Marshall Lynch impresionaba día si y día también.

El partido empezó con un safety en la primera jugada de ataque de los Broncos después que Manny Ramírez hiciera un mal snap y Knowshon Moreno fuera placado en la end zone. La siguiente posesión de los de Seattle se saldó con un field goal al igual que su segunda posesión. Acabando el primer acto con un 8-0 para los de la NFC.

El segundo tiempo empezó con un TD de Lynch y una intercepción retornada en anotación de seis puntos de Malcon Smith, a la postre MVP de la final, que ponía el 22-0 antes del descanso. Un primer tiempo en el que los Broncos solo pudieron parar un vez a los Seahawks y en el que solo tuvieron un drive medianamente largo, que precisamente fue el que acabó en pick-six.

Después de la actuación de Bruno Mars los Seahawks sentenciaron definitivamente el partido con un retorno de kickoff que dejaba el marcador en 29-0. Después de una buena posesión de los Broncos que acabó en punto, los de el estado de Washigton aumentaban más su ventaja con el TD Kearse a pase de Russell Wilson. Antes de acabar el tercer acto los de Denver ponían ochos puntos en su casillero gracias a Manning y Demaryius Thomas. Los campeones de la NFC pusieron el definitivo 43-8 nada más comenzar el último cuarto. El resto del partido no tuvo mayor historia.

Esta se convirtió en la segunda final que Peyton Manning después de la 2009 antes los New Orleans Saints y la segunda ocasión desperdiciada para superar a su hermano Eli. El primer anillo de los Seahawks fue además la primera final en la que un equipo anotó más de 40 puntos y el otro se quedó en menos de 10.

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Sobre el autor
Adrian Cobo Garcia
Amante del deporte. Periodismo (UMA)