El choque de ayer fue cuanto menos, el de las casualidades. Las dos franquicias llegaban al partido con sendas victorias ante dos equipos neoyorquinos, Islanders y Rangers. Casualidad o no, los dos partidos se resolvieron en los últimos minutos de encuentro. El destino volvió a actuar y algo idéntico ocurrió en el enfrentamiento de anoche.

Los visitantes optaron por la titularidad de su portero menos habitual. Ben Scrivens se enfundaba en la meta de Los Ángeles intentado no echar de menos a Jonathan Quick. Así fue, el guardameta comenzaba seguro y con movimientos fijos que no hacían temblar el marcador. A los 8 minutos, el joven patinador ruso Andrei Loktionov (ex de los Kings) tuvo el gol muy cerca, casi a puerta vacía. Pero el portero canadiense actuó rápido evitando lo que sería el 1-0. El primer tercio se sentenció con embestidas de ambos equipos, además de una generosa actuación de las dos defensas.

El segundo periodo comenzaba con un 4 contra 4. Los de California ofrecían un juego muy defensivo, mientras que New Jersey atacaba, sin suerte, la meta rival. Sin poder aprovechar el buen hacer de Travis Zajac y sus destellos de calidad sobre el hielo, los Devils continuaron sin arañar el marcador. Los locales comenzaron a titubear, con algunos fallos defensivos de los que pudieron arrepentirse. Pero ahí estaba el bueno de Cory Schneider compitiendo con su colega de posición por ser el goalie de la noche.

Llegó el último tercio, a los 10 minutos, Schneider fabricó lo que sería una de las jugadas de la noche. En dos ocasiones desde el suelo, evitó el gol. Minutos más tarde llegó el tanto de los Kings, se sucedió de la peor forma posible. Dwight King aprovechó un disparo de Jake Muzzin desde la línea azul para colar la pastilla por debajo de las piernas del portero estadounidense. El partido estaba cuesta arriba para los de Newark, debían dar la vuelta a la situación cuanto antes. Pero era demasiado tarde, apareció Anze Kopitar y su toque de clase con el stick, coló el 0-2 a puerta vacía.