Después de la polémica desatada durante la semana por la decisión de los Tampa Bay Lightning de restringir ciertas zonas del Amalie Arena a los aficionados que vistiesen los colores de los Pittsburgh Penguins, su equipo se vió superado no en las gradas, sino sobre el hielo. Los Penguins se llevaron el tercer partido de la serie y recuperaron la ventaja de cancha.
Tras un primer periodo en el que ambas escuadras disputaron un justo mano a mano con oportunidades para los dos lados pero sin goles, los visitantes comenzarían su juego de dominio superando a los Bolts en disparos a puerta, ganando la batalla en los faceoffs y encontrando todos los discos sueltos. Como consecuencia de ese dominio llegaría el primer tanto de la noche a falta de diez segundos para el final del segundo periodo, obra de Carl Hagelin tras una buena jugada de Phil Kessel.
Precisamente Kessel, uno de los hombres más inspirados de la franquicia pensilvana, iba a encontrar de nuevo la portería rival a los cinco minutos del tercer periodo, incrementando la ventaja de los Pens. Menos de un minuto después llegaba la reacción de Tampa por parte de Tyler Johnson para darle vida al partido pero dos goles casi consecutivos logrados por Sidney Crosby y Chris Kunitz cerraban definitivamente la puerta para los de Florida.
El gol de Ondrej Palat a falta de menos de dos minutos para la bocina final llegaba muy tarde y Tampa demostró demasiado poco para poder tener opciones en el partido, especialmente en defensa donde lo fió todo al joven cancerbero Andrei Vasilevskiy que tuvo otra gran actuación pese a la derrota. Matt Murray, por el lado contrario también se mostró sólido en las oportunidades en las que tuvo que intervenir y se consolida como uno de los descubrimientos de la temporada.