Andy Murray fue el gran protagonista del torneo individual en los Juegos Olímpicos de Río 2016. El escocés llegaba a la ciudad brasileña como el vigente campeón olímpico tras colgarse la medalla de oro cuatro años antes en Londres y en la capital carioca fue capaz de revalidar el título tras realizar un torneo perfecto y derrotar en la final a un renacido Juan Martín del Potro en un encuentro vibrante.

Sin tiempo para descansar, el flamante campeón olímpico se desplazó a Cincinnati para disputar el Masters 1.000 que organiza esa ciudad estadounidense, y en el que partía como máximo favorito tras la renuncia por lesión de Novak Djokovic. En primera ronda del torneo norteamericano le esperaba otro argentino, Juan Mónaco, cuya superficie predilecta es la tierra batida pero que reúne talento y condiciones suficientes para imponerse a cualquier jugador del circuito.

Servicio impecable

Pese al cansancio, Murray demostró desde el primer momento una gran superioridad sobre el jugador sudamericano. Mónaco, que había disputado horas antes un exhausto partido ante el croata Karlovic, sí acusó el desgaste y rápidamente se vio superado por el jugador de Dunblane, que mostró una vez más su mejor versión sobre la pista. Así, el jugador británico comenzó muy seguro con el servicio, lo que le permitió llevar la iniciativa del encuentro en todo momento, obligando al jugador argentino a no cometer errores para mantener sus opciones de victoria.

Murray superó a su rival en todas las estadísticas del encuentro | Foto: zimbio.com
Murray superó a su rival en todas las estadísticas del encuentro | Foto: zimbio.com

Sin embargo, el número dos del mundo no ofreció muchos resquicios para que su rival pudiera hacerle daño tenísticamente hablando. Por el contrario, Andy Murray sí aprovechó una de las dos bolas de 'break' de las que dispuso en el primer set para con, 3-2 en el marcador, estirar el resultado hasta el 5-2 una vez consolidada la rotura, encarrilando el parcial. Mónaco se resistió a entregar la cuchara a las primeras de cambio y ganó su siguiente turno de saque, pero el escocés tampoco falló con el servicio y terminó apuntándose la primera manga por 6-3.

Sin concesiones

Andy Murray sólo cedió cuatro puntos con su primer servicio

Si el primer set se resolvió relativamente rápido, el segundo parcial duró aún menos. Murray había puesto la directa y su nivel era inalcanzable para un Juan Mónaco desarbolado e incapaz de contrarrestar los golpes del tenista más en forma del circuito en estos momentos. Y eso que la situación parecía cambiar cuando el jugador británico encajó un 'break', pero la realidad es que fue un mero espejismo, pues enseguida se repuso y restauró la lógica en el encuentro.

Hasta en tres ocasiones fue capaz el jugador nacido en Dunblane de romper el servicio de su rival, una estadística que refleja a la perfección no sólo la superioridad del primer cabeza de serie del Masters 1.000 de Cincinnati, sino también del desarrollo del encuentro. Con un 91% de puntos ganados con el primer servicio, Andy Murray no tuvo demasiadas dificultades para imponerse en el segundo parcial por 6-2 y alcanzar la siguiente ronda del torneo estadounidense, donde se enfrentará al sudafricano Kevin Anderson.