Un viaje entre el Teatro de los Sueños y Chamartín

Dos de los mejores clubes del panorama internacional, Real Madrid y Manchester United, han visto como seis jugadores a lo largo de la historia han vestido ambas camisetas. Cuatro de ellos hicieron el camino directo desde Reino Unido a España, con Beckham como primer aventurero. Cunningham fue cedido por el equipo blanco unos meses al equipo británico, mientras Owen vistió las dos camisetas pero el trasvase no fue directo ya que entre medias el delantero jugó en el Newcastle. // Fotomontajes: Jaime del Campo (VAVEL).

Un viaje entre el Teatro de los Sueños y Chamartín
aos88
Por Adrián Orzáez

Pocos privilegiados pueden presumir de haberse vestido como local en dos de los vestuarios más selectos del panorama internacional. Seis jugadores, a lo largo de la historia, han portado con mayor o menor gloria la camiseta roja del Manchester United y la blanca del Real Madrid. Curiosamente, los jugadores que volaron desde Manchester a Madrid gozaron de un rendimiento destacable, con la particularidad de Heinze. Por el contrario, tanto Owen como Cunningham, cuyo recorrido fue a la inversa, no dejaron huella en el club de Manchester.

Abriendo la conexión Madrid - Manchester

Contemporáneo de Santillana, Del Bosque o Juanito; Cunningham llegó a la disciplina madridista a finales de los 70. La vitola de crack que le acompañaba se encargó de certificarla a cuentagotas y su rendimiento se vio sorprendido por la desdicha que acompañó su corta vida. El veloz y habilidoso extremo firmó quimeras al alcance de elegidos, levantó al público del Camp Nou con el escudo madridista en el pecho y su carrera se desdibujó como consecuencia de las lesiones que sesgaron su explosión.

En el Real Madrid no llegó a triunfar y fue cedido al Manchester a finales de marzo del 83. Laurie Cunningham había pertenecido a la disciplina blanca desde el 79, cuando llegó con aura de estrella incipiente tras sus actuaciones memorables pegado a la línea de cal del Hawthorns. Su eliminatoria contra el Valencia, con la camiseta del West Bromwich Albion, consiguió levantar la admiración del equipo blanco que realizó un desembolso nada desdeñable. En aquella época, Cunningham pasó por ser el fichaje más caro de la Liga y la segunda venta más importante de la Premier, tras Trevor Francis.

Fue cedido tres meses al United

Los más de 180 millones de las antiguas pesetas pesaron sobre un jugador que marcó 19 goles en 58 partidos oficiales con el Madrid. En su breve paso por Old Trafford, petición expresa de su entrenador Ron Atkinson, apenas disputó 5 encuentros anotando un único gol en el partido disputado en Old Trafford ante el Watford. Con ésta cesión, el Real Madrid no consiguió que recuperase su nivel y la siguiente temporada vistió los colores del Sporting de Gijón. Finalmente, en 1989, un accidente de tráfico cuando era jugador del Rayo Vallecano, resultó ser el más triste epitafio para la vida del jugador de origen jamaicano.

El trasvase del más mediático

Muchos años mediaron entre la cesión de Cunningham y el siguiente acuerdo entre los Diablos Rojos y los merengues. Dos décadas después, David Beckham tomaba el camino inverso y abandonaba la que era su casa, el United, para enrolarse en un desafío de campanillas. Los Zidane, Ronaldo, Figo, Roberto Carlos y Raúl, aguardaron la llegada del volante “devil” e hicieron hueco a una estrella más en el firmamento madridista que empezaba a saturarse.

El enquistamiento de las relaciones entre Alex Ferguson y David Beckham terminó por desatascar las negociaciones con Florentino, haciendo famoso su afirmación “never, never, never”. Este trasvase supuso un desafío para el centrocampista que dejaba a un lado la tranquilidad de sentirse especial en el equipo que le catapultó a la fama y con ello, 12 años de relación indeleble. Sus lanzamientos de falta, su golpeo de balón y su carisma había encandilado al respetable de Old Trafford, sin embargo, la imagen que quedó en el Bernabéu tras su paso fue la de un jugador que sumaba a todo ello una capacidad de lucha hasta el momento desconocida.

Se arrepintió de su salida del conjunto británico

Sobrevivió al comportamiento obstinado de Capello, que le apartó junto a Helguera, para acabar capitulando y dándole galones. De su bota derecha partieron gran parte de las esperanzas de remontada ilusoria que acabó por hacerse efectiva logrando la Liga del 2006-2007. Tras ese histórico triunfo, Capello fue despedido y Beckham firmó por Los Ángeles Galaxy tras terminar el contrato que le ligaba al Real Madrid. Años después, afirmó sentirse arrepentido por su marcha del equipo de Manchester en el cual deseaba retirarse. Sin embargo, su camino, hasta el momento, no ha vuelto a unirse con el de Ferguson y Londres (Arsenal), Los Ángeles (Galaxy), Milán (AC Milan) y París (PSG) hicieron hueco al que fuera Balón de Plata en 1999.

Un delantero para hacer olvidar a Ronaldo Nazario

A finales del 2006, Ruud Van Nistelrooy se convertía en nuevo jugador del Real Madrid, tras un desembolso de unos 15 millones de euros que satisficieron las pretensiones de Ferguson. Su relación con el técnico escocés se fue debilitando con el paso de las temporadas y a pesar de sus grandes registros goleadores, Van Nistelrooy optó por cambiar de aires. Sir Alex justificó su venta y le señaló al asegurar que uno de los motivos fue la negativa del holandés a ser suplente. De este affaire se aprovechó el equipo blanco que, con la llegada del atacante de 30 años, dotaba de más pólvora a la delantera madridista. Ruud compitió con Robinho, Reyes, Cassano, Raúl, Ronaldo e Higuaín en la primera temporada y salió victorioso. Las dudas que levantó su incorporación fueron sepultadas a base de goles y rendimiento, firmando unas temporadas destacables en la disciplina blanca.

La deriva que vivía el Real Madrid y el compromiso que mostró el neerlandés, le forjaron una identidad que fue recompensada con el cariño del Bernabéu. Al fin y al cabo, terminó por certificar la salida de Ronaldo que vivió una lucha continua con Capello debido a su escaso trabajo defensivo y su sobrepeso. Los goles de Ruud hicieron dispensable al brasileño que cambió Madrid por Milán. En todas las competiciones, en esa primera temporada, Van Nistelrooy celebró un total de 33 goles (47 partidos), acallando cualquier tipo de duda sobre el rendimiento que pudiera dar.

Se ganó el cariño de la afición madridista

Las lesiones y la mala suerte aparecieron cuando más le necesitaba su equipo, su tobillo y su rodilla limitaron una eficacia demoledora. Finalmente, la profesionalidad del delantero fue recompensada y se permitió su salida al Hamburgo a mitad de temporada 2009-2010, a coste cero. Un año después, con Higuaín lesionado, el club se volvió a acordar de Van Nistelrooy pero terminó por llegar Adebayor para suplir al Pipita.

Brega argentina para Schuster

Gabriel Heinze aterrizó en el conjunto devil tras su paso por la liga francesa y 7 millones de euros fueron los causantes de que el argentino cambiara la zaga del PSG por la del equipo de Ferguson. El defensa vivió unos años de ensueño, avezados por una lesión que estropeó un idilio que parecía casi perfecto. Tras ser elegido como mejor jugador del Manchester United en el 2005, Heinze tocaba el cielo con sus propias manos. Superaba con ello a la complicidad lógica que atesoraban los Cristiano Ronaldo o Wayne Rooney. El zaguero, en ese momento, tomó el relevo del mítico Gary Pallister que 15 años atrás fue elegido por los aficionados del United como el mejor jugador del equipo, siendo defensa. Tras los pasos de Heinze llegó Nemanja Vidic al ser el tercer defensor en alcanzar el premio al Jugador del año Sir Matt Busby. Entre los ilustres galardonados destacaban en años anteriores Van Nistelrooy, Cristiano, Keane, Giggs, Ince, Cantona o David Beckham; Heinze se hacía un hueco entre auténticas leyendas del equipo británico.

Fue el mejor del Manchester en el 2005

Si la subida fue dulce, amarga fue la caída encarnada en una despiadada rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha que frenó en seco su carrera cuando echaba a andar la temporada 2005, con la vista puesta en el Mundial del 2006. Los más pesimistas señalaron que firmaba con ésta lesión su ausencia en la cita mundialista, pero consiguió llegar para acompañar a su selección a los cuartos del evento disputado en Alemania. Tras su lesión no volvió a destacar como así lo hizo en Manchester, pero su buena colocación y su lucha constante conformaron un jugador aguerrido y que hizo de su carácter su seña inequívoca.

Tras intentar abandonar el Manchester para jugar en el Liverpool, Ferguson se negó y el Real Madrid de Schuster acabó por cruzarse en su camino. El equipo blanco fichaba al defensa por 12 millones de euros, dispuestos a dotar de mayor carácter a la defensa, mientras que cubría dos posiciones con su incorporación: central y lateral izquierdo. Gabriel Heinze jugó de blanco durante dos campañas en las que no se pudo dudar de compromiso y profesionalidad, pero cuyo estado físico le obligó a tomar desafíos menores, encaminándose a Marsella cuando jugar se antojaba como una prioridad si quería acudir a Sudáfrica con el combinado que dirigía Maradona.

El olfato de un Balón de Oro

El menudo delantero, Michael Owen, aterrizó en la capital de España en medio de una delantera atestada de estrellas. En poco espacio, debían tratar de sobrevivir a la voracidad del cazador los Morientes, Raúl, Ronaldo y el citado delantero inglés. De ésta ávida lucha por la delantera del Real Madrid salieron malogrados Owen y Morientes, que partieron a Newcastle y Liverpool respectivamente. Antes de eso, Owen realizó una temporada destacable. Su papel de suplente fue reseñable y consiguió que su figura se quedara en la retina de los madridistas. Los ratos que jugaba, el Balón de Oro los aprovechaba al máximo y sólo la enorme competencia acabó por apartarle del Santiago Bernabéu.

Firmó un gran año de blanco saliendo desde el banquillo

Más allá del rendimiento en los terrenos de juego, la operación que le llevó del Liverpool a Concha Espina y de ahí a Newcastle le reportó beneficios a los blancos. De este modo, los 25 millones de euros que pagaron las Urracas hicieron buenos los 12 que desembolsó el Real Madrid apenas un año antes. El que fuera Balón de Oro en el 2001 sufrió posteriormente, en sus propias carnes, la desgracia que supone verse apartado de los terrenos de juego largos periodos de tiempo. La maltrecha rodilla derecha arrastró consigo en 2006 una carrera meteórica y exitosa, que hoy consume sus últimos partidos en el Stoke, tras haber llegado a Britannia procedente de Old Trafford.

En Manchester, Owen heredó el número que había vestido Cristiano Ronaldo y siguió escribiendo la historia de un jugador que pudo ser más, pero que las lesiones lastraron un destino de cuento de hadas. Sir Alex Ferguson, que llegó a afirmar que su “suplencia a veces” le hacía ”sentir mal”, comunicó en 2012 que no renovaría al delantero.

El eslabón más fuerte de la cadena

La cuadratura del círculo, el jugador total. Cristiano Ronaldo tomó el vuelo desde las islas británicas a Madrid para enrolarse en el faraónico proyecto de Florentino. De la mano de Kakà, Xabi Alonso y Benzema; el portugués llegó cual mesías. Capaz de llenar un estadio para su presentación, portó el número 9 hasta la marcha de Raúl, momento en el que heredó un número de leyenda si del Madrid se está hablando.

La presión de las cifras que se pagó por sus servicios no le hicieron ni inmutarse. El cambio de aires y la llegada a una liga nueva, no dejó que afectara a sus números y es que, con el transcurrir de los partidos, Cristiano Ronaldo superó sus registros de Old Trafford. Partiendo desde la banda, Cristiano empezó a forjar un rendimiento de leyenda, capaz de superar récords tras récords a golpe de goles.

De blanco promedia más de un gol por partido

La imagen que le precedía no le hacía ningún bien y le costó hacer ver al público que se movía por la profesionalidad. Su carácter, competitivo llevado al extremo, es entendido en ocasiones como prepotencia, pero sus registros desde que arribara a la casa blanca acalla cualquier tipo de duda sobre su rendimiento. En la comparación con Kakà, que llegó en ese mismo verano, eleva su nivel al extremo. Cristiano se ha convertido en uno de los mejores jugadores de la historia del Real Madrid cuando aún está en activo, ha sido beatificado en vida por una afición que le idolatra. Su vuelta al Teatro de los Sueños es uno de los momentos más esperados de la eliminatoria, en la que fuera su casa se le admira y teme a partes iguales.