El último grito del talento basquetbolístico mundial, Lebron James, no tuvo timidez alguna para encauzar el partido contra los Knicks en el Madison Square Garden. La victoria ajustada tuvo un enorme mérito ya que el jugador franquicia se llevó por delante toda la historia de esa inmensa fortaleza que tienen los neoyorquinos. En dos horas, "King" James puso a sus pies el mítico estadio que supo albergar a jugadores de la talla de Patrick Ewing, John Starks, Charles Oakley, Dennis Harper, Allan Houston, Latrel Sprewell , entre otros.

Los Cleveland Cavaliers tuvieron sagacidad, atrevimiento, temperamento y criterio para que un partido tan caldeado como el que se disputó juegue a su favor.

New York Knicks tuvo como principal arma el contrataque y la influencia en el poste bajo de Porzingis (anotó 20 unidades). Los tiros perimetrales de Lee fueron una daga al corazón del equipo visitante, a tal punto que los Cleveland ajustaron las marcas para sofocar ese intento neoyorquino. Pero, sorpresivamente, apareció en todo su esplendor Tim Hardaway quien terminó con 28 puntos y 10 rebotes. Los jugadores anteriormente mencionados, por el lado de New York, fueron productivos en ofensivas en transición y en contraataques. 

Cleveland Cavaliers apeló a las buenas actuaciones de Lebron James (23 puntos y 12 asistencias) y de J.R. Smith, quien fue vital desde el lanzamiento exterior. Jeff Crowder y Dwayne Wade fueron determinantes en los ataques estacionados y en la sincronización de balón con "King" James que estuvo certero en el rubro asistencias. 

Se sabe que el básquetbol es una sucesión de reacciónes en el transcurso del partido y, sin dudas, la mejor parte que pudo ilustrar este concepto fue el duelo entre Lebron, Frank Ntilikina y Enes Kanter. Eso fue un envión anímico para que los Knicks pudieran desplegar su mejor juego en el Madison Square Garden.

En lineas generales, el partido fue muy atractivo ya que no sólo contuvo elementos del primer orden mundial basquetbolístico sino que también tuvo polémicas que trascendieron el parqué. El juego se definió en detalles y Lebron James pudo erigirse como el hegemón de la noche en un encuentro que estuvo para cualquiera.