El Cervecero sumó su tercera caída consecutiva este domingo ante el Gasolero (las dos anteriores habían sido frente a Arsenal por 4-1 y Gimnasia de La Plata por 1-0), y se encuentra anteúltimo en la tabla de posiciones con diez puntos, sin poder levantar cabeza. Quilmes jugó un mal primer tiempo, sin juego ni situaciones de gol, pero mejoró en el segundo cuando se encontraba abajo en el marcador y se decidió en ir a buscar el empate. “En el primer tiempo no pudimos hacer un buen juego, lo regalamos. En la segunda parte empezamos a jugar en campo de Temperley, pero no pudimos concretar. No es que no lo buscamos, pero fue realmente un partido duro en el que ninguno de los dos tuvo situaciones claras de gol”, declaró el técnico tras la caída de su equipo.
Cuando Quilmes comenzó a mostrar mejoras y a tener un poco más la pelota llegó la expulsión de Damián Malrechauffe por doble amarilla, a los 17 minutos del complemento. Cinco minutos más tarde, Temperley convirtió el primer gol a través de un tiro libre ejecutado por Ariel Cólzera, en el mejor momento del equipo de Alfredo Grelak: “Hubo cosas que condicionaron el partido, como la expulsión de Damián (Malrechauffe). Porque estábamos jugando en campo de Temperley, no teníamos ningún problema en defensa , y a partir de ahí íbamos a empezar a controlar el juego. Pero llegó la expulsión y encima, enseguida vino el gol, y esto nos modificó todo”.
Así como el entrenador fue autocrítico y reconoció los errores que tuvo su equipo, destacó el rendimiento del delantero Brian Mansilla, que ingresó a los 32 minutos de la segunda mitad. “Se generó un poco más de desequilibrio con su ingreso. Ellos retrocedieron un poco cuidando el resultado. Con su velocidad intentamos mucho más y tuvimos las situaciones más claras del partido, pero no se pudo concretar”, concluyó.