Lejos estuvo de ser el partido tranquilo que los clubes habrían querido. Para el que hizo de local en Jujuy por el trámite futbolístico, y para los del país hermano por el polémico final. Boca tiene poco para festejar, pero hay detalles que le deben dar optimismo a los hinchas.

En el arranque de un partido que parecía iba a ser un amistoso más, el xeneize se quiso poner el cartel de protagonista pero no le duró mucho. Recibió un gol a los cuatro minutos pero no bajo los brazos y salió directo a empatarlo. La igualdad llegó tan solo tres minutos después, gracias a un cabezazo de Benedetto a un centro de Carrizo. Sin embargo, a siete minutos del final el club paraguayo logró adelantarse nuevamente. El segundo tiempo fue una búsqueda constante del empate de los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto, y el premio llegó sobre el final.

Es destacable la perseverancia de todos los jugadores que, aún descuidando la defensa, supieron sobreponerse dos veces a ir abajo en el marcador. Ambos goles llegaron de una forma similiar. El primero fue un centro de la izquierda del Pachi para que el Pipa infle la red, mientras que el segundo fue de penal, tras otro centro desde la misma banda, esta vez de Jonathan Silva. Y es que el tándem que crearon estos dos jugadores fue de lo mejor del partido. El defensor tuvo otro gran partido, como el fin de semana ante Tigre, y demostró que es más que un buen recambio para Frank Fabra, está para pelearle el puesto al colombiano. Por su parte, el ex Rosario Central volvió a tener un buen rendimiento en un amistoso, jugando a un nivel que le cuesta alcanzar en partidos oficiales en los últimos meses.

Por último, siempre vale la pena destacar el apoyo azul y oro en el interior del país. Cada vez que el club de La Ribera se acerca a las provincias que no suelen tener la oportunidad de verlo se genera una revolución en el país. Esta vez no fue la excepción y el estadio estuvo repleto de fanáticos que no se preocuparon por no poder ver a Carlos Tevez, y aún sin su presencia se acercaron a ver al club de sus amores. Demás está decir que la actitud del reducido grupo que atacó con botellas a los jugadores guaraníes durante el segundo tiempo es repudiable y manchó el increíble marco de la noche jujeña.