Cuando Gustavo Álvarez y su cuerpo tecnico buscaron al primer refuerzo, sabían a donde ir y como ir. Llegaron hasta el arquero suplente de Atlético Tucumán (el titular era Cristian Lucchetti). Josué Ayala, de 29 años, no tenía minutos en su club, y firmó para Temperley, aceptando un nuevo desafío.

Dentro de los partidos no tan buenos que los jugadores de Temperley estaban dando, a uno de los que menos se le puede reprochar es a Josué Ayala, quién más responsabilidades asume cubriendo los tres palos gasoleros. Y que, además, mantiene su nivel desde la primera fecha contra River. En ese partido, junto a su debut en el estadio de su nuevo club, con su nueva gente, jugaba frente a uno de los equipos más grandes del país. La presión era muy alta.

Pero le pesó poco a Ayala. Salvo el único gol del partido marcado por Ignacio Scocco, el arquero gasolero estuvo lúcido y sacó muchas pelotas claves para que Temperley siga intentando conseguir el empate. Dos pelotas claras de gol a Lucas Alario, a puro reflejo demostrando su fuerte. 

Partidos como contra Rosario Central, Arsenal, y este último contra Banfield, demostraron que su rendimiento sigue siendo promedio tal como empezó el torneo, y que a pesar de algunos errores a corregir, es un buen arquero que tiene sus ideas claras y su confianza entregada plenamente al arco de Temperley.

Los goles en contra no reflejan directamente el partido del arquero, muchos de ellos llegan no por su responsabilidad. Y si no fuera por mérito del arquero, en este caso, las cosas irían cada vez peor. Errores defensivos dejaron en falta el arco de Temperley más de una vez, y ante los rivales en frente con el arco a disposición, es dificil sacar provecho de sus mejores atributos como arquero.

La llegada del nuevo tecnico, Gastón Esmerado, dio esperanzas de una nueva correntada de aire, un aire fresco con un juego renovado. Manteniendo a Josué Ayala en el arco, se buscará el mismo rumbo de siempre, pero por otros medios. La realidad es dura y dificil de afrontar.