El entrenador Gastón Esmerado cosechó cuatro partidos sin perder: dos victorias y dos empates en el final del campeonato. Dichos resultados le hacen tener al Gasolero una cuota importante de esperanza. Porque antes, esta racha era impensada y evidentemente el equipo necesitaba un cambio de aire. Y sí, en la parte final del año, desde que asumió el Gato (después de la triste goleada frente a Defensa y Justicia en la fecha 8), el Cele sacó ocho puntos sobre 12 y tienen permitido encarar el año que viene con otra imagen y no con esas promesas que se hacen con la ilusión de un nuevo comienzo como ponerse las pilas con el estudio o empezar el gimnasio que sabés que nunca las vas a cumplir. ¡No! Porque esta sí se puede. 

Se puede cumplir con seguir mejorando. Porque desde que tomó el mando Esmerado, el Gasolero cae parado y evolucionó considerablemente, además de que ligó un poco. Y el mejor ejemplo es el arquero Josué Ayala, quien fue clave con sus atajadas en el triunfo ante Tigre para mantener una victoria que cotizaba en bolsa. 

Cuando llegó al club el ex Boca, había cierta incertidumbre sobre si sería titular o llegaba para pelear un puesto, ya que anteriormente Leandro De Bórtoli se había ganado un lugar. Sin embargo, estuvo bajo los tres palos desde el primer partido del torneo (derrota 1-0 ante River) y fue incrementando de a poco su nivel. Aunque también tuvo altibajos, como todos, en un equipo que se está afianzando cada vez más.  

Hasta el propio entrenador lo reconoció y sobre el buen rendimiento del arquero manifestó: "Crece y se exige todo el tiempo". Se lleva el mérito y se nota. Porque en estos cuatro encuentros con Esmerado al frente del plantel, el Cele tuvo en contra solo tres goles (en la igualdad frente a Argentinos y en la victoria contra el Matador). 

Así las cosas, Temperley puede brindar con ilusión y prepararse para encarar un mejor 2018 con la fuerza y la revitalización que permite un nuevo comienzo.  

 

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Sobre el autor
Julieta Gómez
Periodista y futura Licenciada en Comunicación.También escribo para el Diario Olé.