CEn el apartado de las figuras de Tigre en este 2018, no mencionamos a arqueros ni defensores. Es que consideramos que ningún futbolista de la última línea se ha destacado como para estar en el lote de los más regulares. Pudo haber sido Ignacio Canuto, el zaguero central que regresó a Victoria y que mostró un buen nivel en el primer semestre del año, con dos goles, llegando hasta a ser capitán y que además es el jugador que más partidos disputó en el año matador (30). Sin embargo, el nivel de Tato bajó peligrosamente en la segunda mitad del año.

Ni con Cristian Ledesma ni con Mariano Echeverría se han podido corregir los groseros errores que partido a partido se vieron a nivel defensivo. Con el Lobo, hubo un oasis de solidez en la última línea, logrando una racha de solo un gol encajado en 450 minutos. Sin embargo, fue efímero y regresaron los desajustes defensivos.

Nunca hubo una línea de fondo definida: en el primer semestre, Ledesma probó con Federico Crivelli en el arco, Matías Pérez Acuña y Diego Sosa como laterales, y Carlos Rodríguez y Canuto de zagueros. Sin embargo, Crivelli se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda, así que tuvo que reemplazarlo Julio Chiarini. Y también hubo cambios en defensa, como la aparición de Alexis Niz y Juan Carlos Blengio en la cueva, y Ezequiel Garré en el lateral izquierdo. El saldo, 14 goles en los primeros 15 partidos jugados del año, una racha que no fue tan mala, pero que con tantos empates sin goles quedó agridulce.

Foto: A Puro Gol.
Foto: A Puro Gol.

En el segundo semestre, cambió de nuevo toda la defensa: se marchó Chiarini y con Crivelli lesionado, primero atajó el recién llegado Gonzalo Marinelli, que luego le cedería el lugar a otro refuerzo con más chapa: Augusto Batalla. Como 4, alternaron Maximiliano Caire y Martín Galmarini (ambos con perfiles claramente más de volante que de defensor), en la zaga se mantuvo Canuto y se incorporó Néstor Moiraghi, y de 3 jugó bastante Lucas Rodríguez, otra incorporación, que relegó a Sosa (quien recuperó el lugar en la recta final). Cuando se fue Ledesma y asumió Echeverría, no hubo mayores modificaciones, a excepción de lesiones o suspensiones, cuando regresó Niz al primer equipo y Marinelli atajó en los partidos finales del año, tras una expulsión de Batalla.

Tigre solo mantuvo su arco invicto en tres oportunidades en la actual Superliga, y recibió 25 goles en 15 fechas (11 en los últimos cuatro partidos), siendo el segundo equipo más goleado, solo por detrás de Patronato (27). 

Foto: Infobae.
Foto: Infobae.

Los arqueros: tres, afuera; quedan dos

Desde que se fue Javier García, el arco de Tigre pasó por diferentes manos, ninguna segura. Este año no fue la excepción, salvo esporádicas buenas actuaciones.

Quien empezó a atajar en la era Ledesma fue Federico Crivelli. El ex Temperley, que había arribado a Victoria en 2017, fue de los más destacados. Sin embargo, solo atajó cuatro partidos en 2018, ya que sufrió una lesión ligamentaria ante Defensa y Justicia que lo marginó para el resto del año. Dada su inactividad y que desde el Club no le renovaron el contrato, recientemente se despidió de sus compañeros vía redes sociales. En total, Superman solo atajó cuatro partidos en 2018 y recibió tres goles.

Tras la lesión de Crivelli, tomó el mando del arco el ex River Julio Chiarini, que solo había atajado en las dos primeras fechas de la Superliga 2017/18 (con Caruso Lombardi). El experimentado guardameta, más allá de alguna buena producción, no logró afianzarse, aunque no tenía un serio competidor. En este semestre, atajó los dos encuentros de Tigre en la Copa Argentina e inmediatamente, rescindió su contrato y volvió a Instituto de Córdoba, donde se retiró del fútbol este mismo año. En 14 partidos atajados en 2018, Chiarini mantuvo su arco sin goles en cinco ocasiones y recibió 15 goles.

Y este semestre, llegaron dos nuevos arqueros para reforzar al equipo: Gonzalo Marinelli, de poco rodaje en Primera División en su carrera, y Augusto Batalla, mucho más conocido por su paso por River Plate y Atlético Tucumán, con experiencia en copas internacionales. Marinelli atajó en las primeras dos fechas de la Superliga 2018/19 y luego le dejó la valla a Batalla, que ilusionaba con buenas actuaciones y hasta atajó dos penales en dos partidos consecutivos (Huracán e Independiente). No obstante, ya con Echeverría, no logró mantener regularidad y dejó el puesto tras una insólita expulsión ante Argentinos Juniors, a los cinco minutos de juego, dejando a Tigre con 10 jugadores en un duelo clave por la permanencia (aunque el Matador terminaría dando vuelta el cotejo). Batalla tenía contrato por un año, pero lo rescindió antes de finalizar la temporada y tendrá que regresar al Millonario. En total, atajó en 10 partidos, mantuvo tres vallas invictas y recibió 14 goles. Sin pena ni gloria.

Ahora bien, el arquero que empezaría como titular hoy por hoy es Marinelli, quien atajó seis partidos en la Superliga (contando en el que ingresó por el expulsado Batalla), con 11 tantos encajados y sin poder haber mantenido su arco invicto en ningún partido. Mostró buenos reflejos, aunque también repitió errores que costaron caro (como en el empate ante San Lorenzo o en la derrota contra Defensa). Y como primer suplante aparece Marco Wolff, el buen arquero de la Reserva que aún no tuvo oportunidades en la máxima categoría. Es por ello que es muy probable que el cuerpo técnico quiera reforzar en el puesto del 1, una vez más.

 

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