El Matador buscará concretar su gran anhelo que es continuar en la Primera División en 2019. Para eso, tiene que engordar el flaco promedio que lo está condenando hoy por hoy a la B Nacional, que es tal dadas las malas campañas de los últimos años, de las renovaciones de planteles y entrenadores que no dieron resultado.A pesar de la inestabilidad y los intentos rojos, hubo puntos altos para destacar este año.

En la defensa, poco y nada para rescatar (tres arqueros, Julio Chiarini, Augusto Batalla y Gonzalo Marinelli; ninguno mostrando solvencia. Tampoco hubo defensores que hayan aprobado). Así que las principales protagonistas fueron volantes y delanteros, que presentamos a continuación.

Lucas Menossi

El mediocampista que heredó la 5 de Diego Castaño, como en los últimos años, fue de lo mejor del equipo, a base de buenas actuaciones en su rol de marcar y jugar, y como siempre, con un valioso aporte en la ofensiva. Este año, volvió a contar con una importante cuota de gol, ya que anotó cuatro goles (San Lorenzo, Aldosivi, y dos a Argentinos Juniors, el último de tiro libre).

Fue titular gran parte del año, perdiendo el puesto ocasionalmente en el último tiempo, perdiendo la pulseada con Jorge Ortíz. Sin embargo, tras su golazo al Bicho que le valió un triunfo de oro al Matador, volvió a su lugar entre los once de arranque. Este año jugó 28 encuentros, siendo el segundo jugador con más presencias en 2018, solo por debajo de Ignacio Canuto (quien disputó 30 cotejos).

En el último mercado de pases, se rumoreaba que su destino iba a ser en la MLS (donde partió Lucas Janson). No obstante, se quedó en Victoria, donde juega profesionalmente desde 2012. Ahora está en la carpeta de Unión de Santa Fe. Retenerlo para la última etapa de la Superliga será esencial para la permanencia.

Sebastián Prediger

El volante central, con mucha experiencia en el fútbol argentino, llegó a Victoria a comienzo de año, proveniente de San Martín de Tucumán, traído por Cristian Ledesma. Incluso llegó a ser capitán. Con temple y lucha, se ganó el lugar, formando un tándem con Lucas Menossi.

El Matador disputó 32 partidos en el 2018, y el Perro estuvo presente en 27, siempre como titular, ausentándose solo por lesiones o suspensiones.

En el segundo semestre, tuvo momentos de inestabilidad, con un bajón futbolístico evidente, aunque siempre fue importante para el equipo. Este año, fue expulsado dos veces (Talleres y Defensa y Justicia). Confirmó que se quedará hasta mediados de año, para batallar con el fin de lograr dejar a Tigre en Primera.

Diego Morales

Cachete, quien tuvo un paso fugaz por Colón de Santa Fe, regresó a Tigre a comienzo de año. Su segundo ciclo (2016/17) no fue del todo bueno. Sin embargo, lo compensó en 2018, haciéndose cargo de la generación de fútbol, de asistencias y goles, volviendo a ese nivel con el que maravilló a todos los tigrenses en 2012.

Pocos como Morales entendieron el momento por el cual pasaba (y pasa) Tigre, y actuó en consecuencia en el campo de juego. Este año disputó 25 encuentros y pisó con frecuencia al área rival, ya que facturó cinco tantos (Argentinos Juniors, Defensa y Justicia, Gimnasia LP, Guillermo Brown y San Martín de San Juan) y fue la figura en la mayoría de los encuentros, formando una sociedad interesante con Walter Montillo sobre el final; no así con Matías Pérez García, quien estuvo más relegado.

Walter Montillo

La Ardilla, enganche que la rompió en San Lorenzo, U de Chile y en varios equipos grandes del fútbol brasileño (Cruzeiro, Santos, Botafogo), se había retirado el año pasado (con solo 33 años) y estuvo seis meses sin club, hasta que decidió regresar al verde césped y Tigre le abrió la puerta. Luego de unas pruebas de pretemporada en el verano 2018, se lesionó y estuvo seis meses parado, entrenando en el Club, aguardando una oportunidad que llegaría en esta Superliga.

Primero con Ledesma y luego con Mariano Echeverría, Montillo empezó a tener rodaje y hasta tuvo la chance de jugar de titular (aunque no esté al 100% en lo físico). En total, jugó 11 cotejos y marcó un gol en la Superliga, en la derrota por 2-1 ante Defensa en Florencio Varela, y en las fechas finales del año aportó asistencias, ambas a Fede González (contra Godoy Cruz y Belgrano). Con su talento intacto, Montillo demostró que puede estar a la altura de las circunstancias y que volvió para ser uno más, no para estorbar al plantel. Una apuesta que está saliendo bien.

Federico González

El año de los delanteros estuvo lejos de ser el ideal, con poco aporte de Carlos Luna (tres goles en el año) y de un refuerzo que decepcionó, Diego Vera (dos goles en Tigre). El máximo artillero de 2018, con siete festejos, fue Fede.

El 9, que terminó su préstamo en Puebla de México, retornó en enero al club para encarar su segunda etapa, y de menos a más. En el primer semestre, González solo marcó dos goles (ambos empates, contra Independiente y Unión). En la segunda mitad del año, facturó en la fecha 1 de la actual Superliga contra San Lorenzo y en la fecha siguiente, malogró un penal vs Colón que significó la perdida de dos puntos valiosos en Santa Fe. En su momento, perdió terreno con Vera y Juan Cavallaro.

Sin embargo, Echeverría volvió a darle una chance y González no la desaprovechó: firmó tantos en dos fechas seguidas, ante Lanús y Boca (en La Bombonera), y también dejó su sello ante Godoy Cruz. A pesar de su goles, ninguno servía para ganar (eran empates o derrotas), hasta que llegó el partido final de 2018, contra Belgrano en Córdoba, un rival directo por la permanencia. En el último minuto, el 9 recibió un pase de Montillo y con un derechazo potente, le dio un triunfazo que invita a soñar. En 2019, todo Tigre espera que siga en racha.