Ayer fue el aniversario de River Plate, que celebró sus 119 años de existencia. Y un día después, 26 de mayo, el mundo River sigue de festejo, porque es el cumpleaños del hogar del Millonario, del gigante de hormigón donde el Más Grande hace las veces de local, el estadio que se ve apenas aterriza un avión en la Ciudad de Buenos Aires, el escenario que vio a la Argentina campeona del mundo. Sí, hoy cumple 82 años el estadio Antonio Vespucio Liberti, o mejor conocido como el Monumental.
En la década del '30, River ya era protagonista en los primeros torneos del Profesionalismo y necesitaba mudarse. En su vieja cancha, ubicada en Alvear y Tagle (donde ahora se ubica la TV Pública), ya no iban a renovarle su contrato, porque era alquilada. Era necesario que La Banda construya su propio hogar. Es por eso que el presidente del club, Antonio Liberti, encabezó un proyecto para edificar un nuevo estadio en los terrenos baldíos del actual barrio de Núñez, que hoy abarcan 8,5 hectáreas que son propiedad de River. En ese espacio llegó a funcionar un hipódromo, luego trasladado a Palermo. Es así que, con ayuda de un crédito y de una donación de la Municipalidad porteña, Liberti puso en marcha su sueño, entre 1936 y 1938, dándole vida al estadio que luego llevaría su nombre.
En un tiempo récord de construcción, el Monumental hizo su presentación oficial el 26 de mayo de 1938, en un amistoso entre River y Peñarol de Uruguay, partido que ganaría el Millo por 3-1, con tantos de Carlos Peucelle, Bernabé Ferreyra y José Manuel Moreno. La cancha era una gran fortaleza con pista de atletismo (que sigue en la actualidad, con la idea de utilizarla para los Juegos Olímpicos, que nunca llegaron a celebrarse en la Argentina) y con forma de herradura, con vista al Río de La Plata (no estaba la actual tribuna Sívori).
River iba creciendo en materia social, deportiva (el Monumental vio a La Máquina de los '40 y al Tricampeón del '50) y en infraestructura, tras la venta de Enrique Omar Sívori a Juventus de Italia, por una cifra descomunal (18 millones de dólares). Con ese dinero, el club cerró la herradura dándole vida a la popular que llevaría el nombre de Sívori (desde el año 2005) y de hecho, es el único jugador que tiene su nombre en una tribuna de este estadio.
Terminaría de construirse en su totalidad en el Mundial de 1978, celebrado en la Argentina (fueron refaccionados todos los estadios que fueron sede). Por ello, durante dos años, River tuvo que jugar de local en la cancha de Huracán. Y en la Copa del Mundo, la gran final se jugó en la casa de River, con el triunfo de la Selección Argentina por 3-1 ante Holanda, siendo testigo de la primera conquista Mundial de la Albiceleste.
El Monumental tiene capacidad para 70.000 espectadores sentados entre sus cuatro tribunas, siendo las populares la Sívori (antiguamente llamada Almirante Brown) y la Centenario, y las plateas son la Belgrano y la San Martín. Además de la cancha de fútbol, el estadio dispone de un micro estadio interno para los otros deportes, un espacio anexo donde funciona la escuela primaria, secundaria y Universidad, y el Museo River donde se exhibe la historia del Club. La última modificación fue la instalación de la pantalla LED en la cual se transmiten los partidos y se presentan a los jugadores (además de celebrar los goles).
En el 2013, con motivo del 75° aniversario del estadio, Adidas diseñó un modelo homenaje, de color negro, que el primer equipo utilizó en el campeonato local.
Además, el Monumental fue la casa de la Selección durante varios años, sede de recitales de numerosos artistas estelares (Rolling Stones, U2, Madonna, Michael Jackson) y, lo más importante, River ganó cada final internacional que definió en Núñez: Copa Libertadores 1986, Copa Interamericana 1987, Copa Libertadores 1996, Supercopa 1997, Copa Sudamericana 2014, Copa Libertadores 2015, y Recopa Sudamericana 2016 y 2019. Una historia construida sobre una fortaleza Monumental.
Recibimiento de la final del '96 contra América de Cali