Desde siempre, Atlético Nacional ha sido una fábrica de zagueros por excelencia. Carlos Cuesta heredó la posta de jugadores como Dávinson Sánchez, Felipe Aguilar, Stefan Medina, entre otros. Quienes a pulso, con buen juego y carácter, han sabido rendir en su posición. 

El antioqueño tuvo su oportunidad en este 2017 donde brindó seguridad y buenas actuaciones en una zona más que especial para el equipo 'verdolaga'. Además, mostró juego a la hora de sacar al equipo de su área e impulsarlo al ataque. 

Cuesta jugó 19 partidos por Liga y cuatro por Copa Águila, con Juan Manuel Lillo le tocó formar línea de tres al lado de Felipe Aguilar y Alexis Henríquez, una labor importante, si se tiene en cuenta que Nacional con Reinaldo Rueda venía de armar una línea de cuatro. 

Hablando del rendimiento en este semestre, Cuesta remarcó que “para mí es un reto, porque cada partido uno sabe que tiene que jugar bien, pues en la posición de uno hay dos o tres jugadores que quieren jugar y se entrenan igual que uno, yo eso lo tengo presente en cada entrenamiento y partido. Soy un jugador que en los entrenamientos se esfuerza y en los partidos compite”.

Sobre el nivel de los rivales, el zaguero expresó que “cuando se cierran los equipos, desde la parte atrás se ve todo mucho más complicado, pero ya es una costumbre, y a la vez se ve muy bien el equipo sosteniendo el balón. Quisiéramos provocar más peligro, a veces no se puede y a veces sí".

En cuanto a la salida limpia que realiza en cada partido, observó que "desde la parte de atrás los defensores ven las jugadas en repetidas ocasiones y eso lo aprovechan para salir con balón dominado e intentar penetrar en la defensa rival, teniendo en cuenta que los centrales tienen la cabeza más fría".