Si hay algo que ha marcado las temporadas de Lakers y Bulls, han sido dos cosas: los traspasos y las lesiones. Ambos han perdido a su estrella para toda la temporada (Kobe Bryant y Derrick Rose), mientras que también se han ido jugadores importantes (Howard en la agencia libre para Lakers, Luol Deng a Cleveland para los Bulls). De este modo, dos de los equipos que más mercado generan en la NBA han pasado a olvidarse de todas sus aspiraciones de cara a la consecución de un anillo. El que podría haber sido un enfrentamiento entre Derrick Rose y Kobe Bryant, dos de los mejores jugadores de la NBA, ha pasado a ser un encuentro entre dos equipos en plena reconstrucción.

Golpe de autoridad para empezar, dudas para continuar

Chicago, que con esta victoria termina su gira por el oeste con un 3-3 (después de ganar a equipos de la talla de San Antonio y Phoenix), comenzó el partido pegando fuerte, con una racha inicial de 10-0. Nash, después de su gran partido ante Philadelphia, puso su firma en los 8 primeros puntos de los locales, con dos canastas, dos tiros libres y una asistencia a Sacre que sirvió para abrir el marcador de su equipo. De ahí en adelante, los Bulls dominaron por completo el cuarto, como su contundente inicio hacía esperar.

Taj Gibson, con 12 puntos, fue el jugador más acertado en ataque para su equipo. A su lado, Dunleavy y Noah lograron anotar cada uno 6 puntos que, sumados a los 7 de Hinrich, permitieron a los Bulls llevarse una ventaja de 11 puntos tras los primeros doce minutos. Sólo la soberbia actuación de Chris Kaman desde el banquillo, anotando 8 puntos en cuatro minutos, hizo que los Lakers no sufrieran un mayor varapalo en este primer cuarto.

El guión en el segundo cuarto cambió considerablemente, ya que ambos equipos cedieron el protagonismo a sus segundas unidades. DJ Augustin (8 puntos) y Tony Snell (4) serían los más destacados ofensivamente para los visitantes, ante la falta de acierto de Taj Gibson (2 de 7 en tiros de campo). Por su parte, la primera unidad de los Lakers logró sumar únicamente 5 puntos, pero los suplentes supieron solventar esta disfunción anotadora: Chris Kaman, Kendall Marshall y Jordan Hill anotaron 6 puntos cada uno, haciendo que los suyos recortasen la diferencia a tan solo 6 puntos al descanso.

Mismo guión, diferentes actores

La segunda mitad comenzó del mismo modo que lo había hecho la primera, con Chicago dominando. Con Taj Gibson totalmente desacertado (0 de 3 en tiros de campo en el tercer periodo), Joakim Noah y Kirk Hinrich salieron al rescate, sumando 15 puntos entre ambos. Además, los Bulls hicieron gala de su buen hacer en defensa, dejando a los Lakers en un 30% de acierto en tiros de campo. Los 5 puntos de Kendall Marshall serían lo más destacado para los locales este cuarto, ya que Kaman se tomó un cuarto de descanso antes de su explosión en los últimos doce minutos. De este modo, Chicago llegaba al cuarto periodo con una ventaja de 15 puntos: parecía que el partido había acabado.

Chris Kaman fue el artífice de la casi-remontada Lakers. Taj Gibson fue de más a menos. (Foto: Gary A. Vásquez | USA TODAY Sports).

Si hay un equipo que sabe lo que es la lucha y la entrega, ése es Chicago (si no que se lo digan a los Nets, que tendrán grabada a fuego la serie ante los Bulls del año pasado). A pesar de ello, los Lakers les hicieron probar de su propia medicina. Unos complacientes Bulls dejaron que lo que quedaba de los locales (ya sin Nash, que se había retirado lesionado) les metiese el miedo en el cuerpo. Sólo Joakim Noah, el espíritu de Chicago, fue capaz de mantener a su equipo en una posición más o menos cómoda. A pesar de ello, Chris Kaman tomó las riendas de su equipo, dejándolo a tan solo cuatro puntos (84-88) a falta de 48 segundos.

Cuando los Lakers parecían a punto de culminar su espectacular remontada, un mal pase de Steve Blake fue interceptado por DJ Augustin. A partir de ahí, ambos equipos iniciaron una guerra desde la línea de tiros libres, que terminaría por ampliar las diferencias a favor de los Bulls, dejando en el marcador el 86-92 final. La fortuna no siempre favorece a los valientes.

Situación similar, caminos opuestos

Con esta victoria, Chicago consigue volver a tener igual número de victorias y derrotas, 25. Este récord les deja en la quinta posición de la Conferencia Este, lo suficientemente lejos de Detroit Pistons (noveno clasificado) como para no temer quedarse fuera de la postemporada, y también lo suficientemente cerca de Toronto Raptors (un partido de diferencia) como para soñar con alcanzar el tercer puesto. Aunque todo indicaba que estos Bulls estaban abocados al tanking (dejarse perder para conseguir una mejor elección en el Draft), el orgullo parece que no sólo no les deja elegir ese camino, sino que les obliga a luchar para seguir en la senda de la victoria. Parece que podremos volver a disfrutar de Chicago en playoffs una temporada más, aunque sin Luol Deng ni Derrick Rose puede que el espíritu ganador y combativo de los pupilos de Tom Thibodeau vaya a ser suficiente para dar alguna sorpresa.

Por su parte, los Lakers han dado por perdida esta temporada. Aunque comenzaron con fuerza, motivados por el futurible retorno de Kobe Bryant, su llegada y posterior nueva lesión acabaría por desmoralizar por completo al equipo, que desde entonces no ha levantado cabeza. Sólo un partido separa a los angelinos (18-33) de los dos últimos clasficados de la Conferencia Oeste, Sacramento y Utah (17-33). A estos Lakers de excepción sólo les queda esperar a la próxima temporada, cuando parece ser que un agente libre de renombre aterrizará en el Staples Center para ayudar a un recuperado Kobe Bryant a lograr su sexto anillo.