Ya hay nuevo campeón en la NBA. Los Golden State Warriors se han alzado con su segundo campeonato en los últimos tres años y amenazan ahora con la que puede ser una de las dinastías más temibles de los últimos tiempos. Para conseguir el anillo de la temporada 2016-2017, los Warriors se han impuesto por 129 a 120 en el quinto partido de las finales de la NBA. Para llegar hasta aquí, ha hecho falta un impresionante récord de 16-1 en Playoffs y tomarse así la revancha de lo sucedido en las finales del año pasado. En el partido decisivo por el título, se pueden destacar muchos factores que han terminado con la victoria de los californianos. 

Gran diferencia en los banquillos

Siete puntos ha aportado el banquillo de los Cleveland Cavaliers en el partido decisivo por el título mientras que el de Golden State se fue hasta los 35. De los veteranos del banquillo de Cleveland, sólo Richard Jefferson ha rendido a un nivel adecuado para un partido decisivo de las finales. Kyle Korver se ha visto constantemente superado en defensa y apenas ha podido disponer de tiros abiertos en los que lucir su perfil de tirador. A Deron Williams da la sensación de haberle llegado demasiado tarde la ocasión de disputar un partido de estas características. Errático e incapaz de aportar en ninguna faceta a estos Cavaliers, su llegada que a mitad de temporada fue considerada una bendición ha supuesto una losa en esta serie. Iman Shumpert elogiado por su buena defensa en algunos tramos de la serie, tan sólo ha disputado cuatro minutos en el quinto partido. 

Andre Iguodala ha vuelto a ser decisivo en un campeonato de Golden State Warriors

En Golden State Warriors todo ha sido distinto con sus hombres de banquillo. Todo el que sale lo hace con un rol claro, y rara es la vez que no aporta algo al juego de los de la Bahía. Shaun Livingston, con una buena defensa y su habitual tiro a 4 metros del aro, Patrick McCaw siendo rookie ha mostrado un tremendo descaro en ataque y da la sensación de tener un gran potencial en los años venideros. Mención especial para dos hombres: David West y Andre Iguodala. West tiene por fin su ansiado premio del anillo. En sus 11 minutos en pista los Warriors han conseguido un +16. Su inteligencia, se ha traducido en ventajas para su equipo y este veterano por fin ha podido inaugurar su marcador. Iguodala es un suplente poco suplente. 38 minutos en pista, 20 puntos y un +18 para los Warriors con él en pista. Y lo mejor es todo lo que no reflejan las estadísticas. Su buena defensa o la agresividad que mostró ayer de cara al aro. En definitiva, un banquillo ha proporcionado minutos de calidad en los descansos de sus titulares y el otro intentaba sobrevivir. 

Aparecen dos secundarios a cambio de dos primarios

Cleveland Cavaliers nace a partir de LeBron James. Aun así, por muy bueno que sea, para ganar unas finales necesita estar acompañado por jugadores que puedan descargarle de responsabilidad y aporten cosas en los momentos importantes. El foco se sitúa a primera vista sobre Kyrie Irving y Kevin Love. En el quinto partido, ninguno de los dos ha estado demasiado acertado. Kyrie Irving, maestro del aclarado y del uno contra uno, ha sufrido algún problema físico que le ha hecho ir de más a menos durante el quinto partido. 12 de sus 26 puntos han llegado en el primer cuarto del encuentro. A partir de ahí, se ha encontrado con una soberbia defensa principalmente de Klay Thompson y se le ha visto con menos explosividad y fallando canastas que nos tiene habituados a convertir. Kevin Love no ha jugado un mal partido. En el primer cuarto se ha cargado rápidamente de faltas y no ha podido apenas disputar minutos. En el resto del partido, el jugador ha estado muy activo en defensa, pero muy fallón en ataque. Un 2 de 8 en tiros de campo se antoja insuficiente para un jugador del nivel que se le presupone a Kevin Love. Como ha ocurrido en sus tres años en Cleveland, en los que ha dejado buenos momentos, se esperaba una mayor aportación suya en los instantes decisivos.

La aparición de JR Smith y Tristan Thompson tiene menor impacto a la de Irving y LoveEn lugar de estos dos jugadores, aparecieron dos secundarios que sostuvieron a los Cavaliers en el partido. Precisamente eso ha sido lo que ha hecho JR Smith. El escolta ha aparecido en los momentos decisivos para dar aire a su equipo. Ha estado especialmente acertado desde el triple, convirtiendo 7 triples de los 18 que ha anotado en todas las finales. En defensa, tiende a despistarse, pero en ataque ha sido fundamental para que los Cavaliers pudiesen soñar con la remontada. El otro destacado ha sido Tristan Thompson que desde el cuarto partido ha mostrado su mejor cara. Agresivo en el rebote y atacando el aro con decisión, el canadiense ha podido plasmar sus mejores virtudes en la pista. Además ha vuelto a cumplir en los cambios defensivos y cuando se queda emparejado con los exteriores.

El factor Kevin Durant

Kevin Durant tenía una misión. Desde el momento de su llegada a Oakland el pasado verano, Durant soñaba con estar disputando de nuevo el partido por el título de la NBA. Este año se ha encontrado además en una circunstancia hasta ahora nueva para él en su carrera: encontrarse a un partido de proclamarse campeón de la NBA. En este escenario, Kevin no iba a decepcionar. Con la ambición del que aún no ha ganado nada, se ha cargado a su equipo, al mejor equipo de la NBA a las espaldas y justo cuando más peligraba el partido ha aparecido. Cuando a todo el mundo en San Francisco, le entraron unos recuerdos del año pasado que querían evitar, Kevin, que pasó por una derrota en las Finales hace ya 5 años, demostró tener la fortaleza mental necesaria para coger las riendas del partido. 39 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias. Kevin Durant a base de canastas en momentos decisivos, ha liberado a los Warriors de los posibles traumas que pudiesen aparecer y ha convencido a su equipo de que podía ser campeón. El final de esta historia, termina con Kevin Durant alzando al cielo el trofeo de la NBA y su galardón como MVP de las Finales. Todo después de superar los 30 puntos en cada partido de la serie y tras firmar por el equipo que le eliminó el año pasado. La historia ha tenido un final feliz para Kevin Durant. Se dice que las decisiones sólo las puede juzgar el tiempo y de momento esta no ha podido salir mejor.