Las semifinales de conferencia ya están a tope en la NBA. Esta próxima madrugada hay dos partidos. El primero será entre los Raptors y los Cavaliers, que disputan su primer partido en Canadá. Los Warriors y los Pelicans vuelven a enfrentarse hoy, y los Pelicans deben dar la sensación de que van a darlo todo en esta serie.

Toronto Raptors - Cleveland Cavaliers

Primer partido de la serie. Los Cavs no han tenido mucho tiempo para descansar desde su partido el domingo, en el cual consiguieron por muy poco doblegar a unos Indiana Pacers. Se enfrentan ahora a los Raptors, que han sido el mejor equipo de su conferencia en temporada regular. No se puede decir que no tengan opciones, ya que los Raptors tienen un preocupante historial de batallas perdidas frente a LeBron, algunas de ellas precisamente en esta misma temporada. Los Cavaliers sin embargo, tienen factores en contra mucho más preocupantes. El primero, James lleva una carga de minutos exagerada, incluso para él. El último partido ya tuvo problemas de calambres musculares, y no tiene pinta de que sin descanso vaya a mejorar. Por otro lado, los Raptors tienen el factor cancha, y son un equipo que ha demostrado ser muy fuerte en su casa. LeBron tiene un reto mayúsculo otra vez, y los Raptors una oportunidad de oro para alcanzar las finales de conferencia. 

Golden State Warriors - New Orleans Pelicans

Segundo partido de esta serie. Los Warriors ganaron el primero sin apariencia de pasarlo mal, y eso que su equipo aun no está al cien por cien por culpa de las lesiones. Son claramente favoritos en esta serie, pero los Pelicans no van a ponérselo fácil. Ya reconocieron los jugadores de Golden State que se habían cansado más que en la serie anterior, que sus rivales les llevaron mucho más al límite. Los de Nueva Orleans siguen contando en sus filas con un monstruo como Anthony Davis, asique los Warriors no pueden relajarse en ningún momento, o corren serio peligro me meterse en líos. Siguen jugando en casa, y con un gran equipo, pero aún así tienen que poner todo su empeño para doblegar a unos Pelicans que no van a dejárselo nada fácil.