Los Denver Nuggets necesitaban empezar a traspasar. Su prioridad era renovar a Nikola Jokic (146M por cinco años) y a Will Barton (54M por cuatro años) y, por tanto, tenían que deshacerse de algunos contratos. Entre ellos estaba el de Wilson Chandler, que es expiring y que percibirá 12'8 millones de dólares.

Dicha cantidad, junto a lo que cobran Kenneth Faried, Mason Plumlee o Darrell Arthur, dejaba sin margen de maniobra a la franquicia de Colorado. Una situación de la que han sabido sacar provecho los Philadelphia 76ers, que a cambio de dar un poco de espacio salarial, han recibido a un buen anotador para la segunda unidad y algunas rondas de Draft.

En concreto, se han hecho con la segunda ronda de 2021 de los Nuggets. Pero también podrían hacerse con la segunda de 2022 si, llegado el momento, están dispuestos a intercambiar la suya de la misma ronda y año. Un buen movimiento a cambio de prácticamente nada.

Los 76ers serán el tercer equipo en la carrera de Wilson Chandler, que empezó en los Knicks antes de recalar en Denver. Sus promedios durante la pasada temporada pegaron un bajón respecto a la anterior, pasando de 15'7 puntos por partido a tan solo 10'0. Este flojo rendimiento, sumado a un contrato que siempre le hizo carne de traspaso, han sido los principales motivos para que los Nuggets dejen de contar con él.

Aun así, Chandler sigue siendo un jugador muy aprovechable. Partirá como el teórico relevo de Robert Covington y aportará anotación a un banquillo limitado en esa faceta. Lanza bien de tres -34'1% de acierto a lo largo de su carrera- y puede encestar tanto en situaciones de catch&shoot como desde el drible, pudiendo atacar el aro con fiereza gracias a su buena condición física.

Por tanto, y visto lo entregado a cambio, se entrevé un fichaje que supondrá cero problemas para los 76ers. Su contrato finaliza este año, así que para la siguiente temporada no sería ningún obstáculo si no se quiere seguir contando con el jugador.