El que juega con fuego, puede terminar por quemarse. Esa es la situación que se está viviendo dentro del Herbalife Gran Canaria. El equipo amarillo, en una mala dinámica de resultados, a vuelto a caer derrotado en la escena europea. Su verdugo, el colista de su grupo. Poco tenía que perder el Galatasaray y ha logrado conquistar el feudo canario (76-87), consiguiendo su primera victoria en este top-16.

No estuvieron cómodos los de Luis Casimiro desde el salto inicial. En el primer cuarto, el cuadro gran canario tuvo serios problemas para detener al lituano Juskevicius, bastante cómo desde la línea de 6,75. Los turcos estaban salieron con fuerza desde el inicio, sabiendo que sólo les valía ganar para seguir con vida en la Eurocup.

Pese al arreó inicial del cuadro otomano, el Granca consiguió seguir su estela y gracias a dos tiros libres del debutante Nikola Radicevic, logró acercarse en el marcador al término del primer cuarto (21-22). Al comienzo de los siguientes diez minutos, el camino pareció dilucidarse. Parcial de 9-0 para empezar y el Galatasaray veía como Caner Topaloglu abandonaba la cancha por lesión.

Fotografía: Eurpcup

Mandaban los canarios con una ventaja de seis puntos (36-30) y tenían en sus manos aumentar la diferencia antes del descanso. Sin embargo, apareció la imagen de Henry Walker. Muy suelto de cara a canasta el escolta de Huntington (sólo erró un lanzamiento en todo el partido). El Galatasaray remontaba contra todo pronóstico antes de la bocina (39-40).

Al equipo le entraba la ansiedad, la afición empezaba a perder la paciencia y Luis Casimiro se desesperaba en el banquillo. Muy recordada será la charla que dio a sus pupilos en uno de los tiempos muerto del segundo cuarto. El equipo necesitaba despertar, ser más agresivo con la bola y empezar a entonarse en el tiro exterior.

Fue la figura de Pablo Aguilar la que encendió al Gran Canaria. Dos triples del granadino tras la reanudación impulsaron a sus compañeros, que volvieron a ponerse con nueve puntos de ventaja en el ecuador del tercer cuarto. Fueron los minutos decisivos del partido. El Granca tenía en su poder el sentenciar al Galatasaray. Pero los tiros decisivos no llegaban y los turcos empezaron a creer.

Fotografía: Herbalife Gran Canaria

El último cuarto y el que propició la caída comenzó con los amarillos ganando de cinco puntos (62-57). Con un ataque seguro y una defensa férrea, los de Luis Casimiro no hubieran tenido serios problemas para defender esa diferencia por muy corta que fuera. Sin embargo, el equipo empezó a flaquear en ataque hasta el punto que cara tiro era motivo de desesperación para el aficionado.

Tan sólo 14 puntos en el último cuarto ante un Galatasaray eufórico, que castigaba con dureza cada fallo de los locales. Por encima de todos destacaron Dwight Hardy, el único del partido en superar la barrera de los 20 puntos, y el ex amarillo Richard Hendrix, una pesadilla en el rebote (13, igual que sus puntos). DaJuan Summers sentenció a los amarillos, impulsando la remontada otomana.

El último cuarto empezó con el Granca ganando de cinco y el Galatasaray llegó a ponerse trece puntos arriba (74-87), con un último parcial de 0-12. Ondrej Balvin maquilló algo el resultado desde la línea de tiros libres pero no impidió el abucheo general del público en el Gran Canaria Arena. Buena parte del respetable abandonó el recinto de Siete Palmas antes de que terminara el partido, pero los que se quedaron despidieron a los suyos con pitidos y a gritos de "Fuera, fuera".

Se complica la vida el Granca de cara a los cuartos de final, aunque sigue segunda de grupo con un balance dos victorias y dos derrotas. Ahora, espera una final adelantada en Alemania frente al ALBA Berlín para recibir en la última jornada al líder, el Darussafaka, ya clasificado para la siguiente ronda.