Los New York Knicks no son una franquicia más dentro de la NBA, no se trata de que jueguen en un escenario como el Madison, que representen a la ciudad más popular del globo o que el precio de la organización neoyorquina ronde los 3 300 millones de dólares, sino de la competitividad y exigencia de una afición que convierte cada partido en una guerra. Esta actitud de la hinchada hace que en Nueva York solo se conciba el fracaso o el éxito y la no progresión del equipo, considerada un fracaso estrepitoso, ha hecho que se busquen responsables. El principal señalado por los knickerbockers fue Phil Jackson, que se cubrió la espalda con el bajón estadístico y la falta de liderazgo de Carmelo Anthony, y la presión en los despachos llevo a la destitución tanto del histórico erudito del baloncesto como de la estrella anotadora. Con la marcha de las dos figuras más influyentes de la franquicia ceden el testigo a la joven estrella letona, Kristaps Porzingis.

El final de la temporada 2016 – 2017: La gota que colmó el vaso

Los Knicks llegaron a 2017 con un récord de 16 victorias - 17 derrotas y con la esperanza de alcanzar los puestos de PlayOffs, sin embargo, acabaron a diez victorias de los ocho primeros puestos de la Conferencia Este.

La tónica de la segunda parte de la temporada regular fue constante durante el desarrollo de toda esta: continuas rachas de derrotas que se veían interrumpidas por alguna victoria puntual, Nueva York tuvo tantas dificultades para desarrollar un buen juego y plantar cara a sus rivales que fue incapaz de ganar dos partidos seguidos hasta final de temporada. La mala situación deportiva generó una gran polémica en la Gran Manzana y se hicieron visibles las críticas de la afición, llegándose a ver a varios aficionados con las caras tapadas por bolsas de la compra (en señal de vergüenza por el juego del equipo) y llegándose a escuchar abucheos tanto a Phil Jackson como a Carmelo Anthony.

A los problemas deportivos y de lesiones (Joakim Noah y Derrick Rose fueron los más perjudicados) se le sumaron los problemas fuera de la cancha: Carmelo se encontraba en trámites de divorcio y, según la prensa neoyorquina, estaba fuertemente afectado por ello; Rose desapareció antes de un partido contra New Orleans Pelicans porque se encontraba anímicamente destrozado y necesitaba visitar a su familia; la relación entre Phil Jackson y sus dos jugadores estrella, Carmelo y Porzingis, estaba prácticamente rota; Brandon Jennings fue cortado por considerar que su actitud no era la adecuada; el polémico puñetazo que Charles Oakley le propinó al dueño de la franquicia y Noah, intentando recuperarse de su lesión en la rodilla, se dopó con sustancias prohibidas por la NBA y fue sancionado con 20 partidos.

Willy busca ganar importancia en el equipo. | Fotografía: Michael Reaves / Getty Images
Willy busca ganar importancia en el equipo. | Fotografía: Michael Reaves / Getty Images

Pero no todo fueron problemas en Nueva York y, aunque la temporada pueda calificarse de desastrosa, donde hay sombras siempre hay luces. Las luces de los Knicks fueron los jóvenes: Porzingis se afianzó como una superestrella y la sorpresa fue Willy Hernángomez, que acabó el año como pívot titular y siendo incluido en el mejor quinteto de novatos.

Un verano de transformación

Tras las críticas recibidas durante los últimos años y con el pésimo final de temporada con el que acabaron los Knicks la directiva se planteó un cambio total en el rumbo de la franquicia y se fijó como objetivo principal del mercado traspasar a Carmelo Anthony, además, Phil Jackson fue destituido como presidente y general manager.

Los primeros cambios fueron también los más importantes a nivel estructural: Phil Jackson despedido de todas sus funciones en favor de Steve Mills, nuevo presidente de operaciones y Scott Perry, nuevo general manager. A partir de aquí se empezó a configurar la plantilla para el próximo año con el objetivo primordial de deshacerse de Carmelo Anthony y, a poder ser de Joakim Noah, aunque era conocido que esta opción iba a ser muy complicada por su caro contrato en el que se incluían 55 millones en tres años.

Entonces apareció la petición de traspaso de Kyrie Irving y la posibilidad de que este pusiera rumbo a Nueva York, el destino que deseaba el base americano. Sin embargo, la operación no se produjo porque los Cavaliers querían incluir a Porzingis en el trade y para los Knicks el letón era intransferible. El equipo de Hornacek no renovó a Rose, que acabaría marchándose por el mínimo a Cleveland, cortó a Marshall Plumlee y se hizo en la agencia libre con Tim Hardaway Jr., que volvió a firmar por 71 millones en cuatro años dos años después de marcharse. Los siguientes en ser firmados por el conjunto de naranja y blanco serían los veteranos Ramón Sessions y Michael Besley para dar profundidad a los puestos de base y alero, días después el base Jarret Jack firmaría también.

El gran bombazo se dio pocos días antes de comenzar la temporada, Carmelo Anthony que tenía derecho para vetar cualquier traspaso que no fuera de su agrado, acepto poner rumbo a Oklahoma City para formar un nuevo big-three con Paul George y el actual MVP, Russell Westbrook. Los Knicks recibirían a cambio del hijo pródigo a Doug McDermott, Enes Kanter y un pick de 2ª ronda para 2018.

La ilusión del Draft

Los New York Knicks solo contaban con una elección para el draft de 2017, seleccionarían en la posición número ocho. Su elección sería el base francés Frank Ntilikina, quien fuera MVP del Europeo Sub-18 con su selección, un jugador de 1.96 m (el prototipo de base alto que está de moda en la NBA) que se destaca sobre todo por una capacidad defensiva extraordinaria y que, pese a sus limitaciones ofensivas (no es un jugador de uno contra uno, se desenvuelve mal si tiene que crear sus propios tiros) no tiene malos porcentajes tanto desde la media distancia como desde la línea de tres y mucho margen de mejora en dicho apartado. Un jugador caracterizado por su seguridad y solvencia, muy serio en la pista y que comete pocos errores.

Ntilikina no ha tardado en ganarse el cariño de los aficionados neoyorquinos. | Fotografía: EPA
Ntilikina no ha tardado en ganarse el cariño de los aficionados neoyorquinos. | Fotografía: EPA

Temporada actual (2017-2018): superando las expectativas

La temporada actual de los Knicks esta superando las expectativas de inicio de temporada. Las predicciones les situaban entre las tres últimas posiciones de la Conferencia Este, junto a Bulls y Hawks, pero los neoyorquinos se sitúan de momento en la novena posición (con un récord de 17 victorias y 16 derrotas) y a solo una victoria de los puestos de PlayOffs. Los Knicks parecen ser un equipo de rachas, son varias las secuencias en las que ha ganado tres o cuatro encuentros seguidos y a continuación ha ocurrido lo mismo, pero con derrotas, aunque pueda parecer un análisis poco positivo es un avance importante a comparación de lo que ocurrió la temporada anterior donde apenas fue capaz de obtener dos victorias consecutivas en un par de ocasiones.

El paso al frente de Kristaps Porzingis es total, el letón promedia 24.6 puntos y 6.7 rebotes por encuentro, siendo el líder indiscutible de la plantilla y con opciones prácticamente seguras de estar incluido dentro del All-Star. Sin embargo, el balance positivo del equipo no es únicamente gracias a la estrella europea, jugadores secundarios como Enes Kanter, que se ha hecho con la titularidad y promedia un doble-doble con 14.1 puntos y 10.4 rebotes; Tim Hardaway Jr., que está siendo un jugador imprescindible en la vertiente ofensiva promediando 17.8 puntos por encuentro; Michael Beasley, el veterano está muy por encima de las expectativas, anotando diez tantos por encuentro y firmando varios partidos de más de 30 puntos; o Courtney Lee, con 13.3 puntos por partido, están resultando imprescindibles.

Del rookie Frank Ntilikina no se pueden extraer conclusiones claras todavía, en defensa está demostrando ser un jugador muy sólido capaz de frenar a los mejores bases de la liga, aunque todavía le falta músculo y piernas para igualar físicamente a sus rivales. En ataque es otra historia, sus limitaciones se han hecho evidentes y, aunque no desentona dentro del sistema de juego, sus porcentajes están muy por debajo del 40 %, tanto en tiros de tres como en tiros de campo en general.

Las mayores decepciones están siendo no tanto por su juego, sino por su falta de minutos, Willy Hernángomez y Joakim Noah (aunque de este último era más esperable). El primero parece no contar para Jeff Hornacek, que justificó su falta de minutos con sus problemas para defender a jugadores más físicos, sin embargo, Enes Kanter, considerado como uno de los peores pívots defensivos de toda la liga sí cuenta con una gran cantidad de minutos (aunque su aportación ofensiva también es mucho mayor. En cuanto al segundo, Noah volvió de su sanción y se llevó por delante a Mindaugas Kuzminskas que, pese a estar jugando buenos minutos, no tenía hueco debido al contrato del francés y fue cortado, pero el hijo del tenista tampoco está dentro de la rotación y no se espera que tenga importancia en el equipo a corto plazo.

Expectativas: ¿Qué puede esperarse de estos Knicks?

Con los Knicks se ha de ser cauto y no fijarles grandes objetivos para esta temporada. El año pasado el equipo se encontraba en una situación similar, los aficionados se ilusionaron con la posibilidad de ver a su equipo en PlayOffs y cuando, debido al cansancio, el equipo empezó a caer las críticas aumentaron de forma importante. El objetivo es el futuro, la formación de los jugadores jóvenes para que alcancen un buen nivel y a medio-largo plazo los Knicks sean un equipo fijo en la postemporada y quién sabe si, incluso, puedan optar al anillo. Por lo tanto, no podemos calificar de fracaso que Nueva York no vuelva a vivir los PlayOffs este año, aunque sí sería un fracaso cosechar una temporada similar en cuanto a los números. El objetivo es mejorar y formar a los jugadores que en un futuro puedan ser la cara de la franquicia.

Ntilikina y Porzingis son el futuro de los Knicks. | Fotografía: Nathaniel S. Butler / Getty Images
Ntilikina y Porzingis son el futuro de los Knicks. | Fotografía: Nathaniel S. Butler / Getty Images

 

VAVEL Logo
Sobre el autor